Seleccionada para la recibir el premio de la última Bienal de Arquitectura de Buenos Aires, se proyectó sin espacios residuales y garantizando ventilación y luz en cada ambiente.
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La especialista en nutrición holística María González y su marido se enteraron de que llegaría León (1) cuando empezaron a pensar su casa. Inmediatamente, las imágenes que aparecieron eran espacios integrados para disfrutar de a tres. “Un hogar realmente compartido, que se abre al diálogo y a estar todos juntos, pese al lío que a veces eso pueda significar” fue lo que le pidieron diseñar al arquitecto Matías Mosquera, creador de AtelierM.

Construida con pocos materiales (madera, hormigón y chapa) y recursos que buscan sostenibilidad (ventilación natural, una orientación consciente de ambientes, terraza verde, paneles solares, pileta filtrada por plantas acuáticas), esta casa se despliega con completa fluidez y apertura en planta baja, y mayor hermetismo en el nivel superior.

"Conocemos el trabajo del estudio AtelierM desde sus inicios y comulgamos con su manera de diseñar con bajo impacto ambiental, pensando en el entorno, así que nos fascinó ser parte."
María González, especialista en nutrición holística y dueña de casa
Consejos para incorporar la “cuota verde”
“Las estrategias de sustentabilidad no pueden sintetizarse ni reducirse en tips genéricos”, enfatiza Matías Mosquera. “Lo esencial es entender en dónde debe hacer foco cada país. Al nuestro, creo, le corresponde la eficiencia, desde el manejo de metros cuadrados justos y necesarios, hasta la elección de materiales nobles”.

“Al que quiere incorporar una ‘cuota verde’, le recomiendo pensar primero en optimizar y, después, en generar. Por ejemplo, no tiene sentido poner un equipo de geotermia para calefaccionar una vivienda que pierde calor por todos lados. Empezaría por razonar las orientaciones, luz y ventilación; después, trabajar las aislaciones; y, por último, la generación de energía”, enumera el arquitecto.

Conexión total con el jardín
“La casa muy luminosa, pero abajo tiene colores oscuros, como si estuviera siempre en sombra y mirando al jardín”, explica el arquitecto, quien se aseguró de que las ventanas pudieran abrirse hasta desaparecer, para potenciar ese vínculo con el exterior, incluyendo conexión directa entre la cocina y la huerta, fundamentales en la rutina familiar.

"La casa observa el afuera; la idea es que constantemente se vincule con el entorno. El cielo raso de madera lo enfatiza: te hace sentir debajo de la copa de un árbol."
Arq. Matías Mosquera, al frente de AtelierM y a cargo del proyecto

El eucalipto del cielo raso se carbonizó in situ con la ancestral técnica japonesa shou sugi ban, que permite impermeabilizar la madera, protegerla del fuego y hacerla durar en el tiempo (asegura 80 años de vida útil). Tras el quemado –que además repele insectos–, el material se sella con una capa de aceite vegetal.
Galería eficiente

“En vez de reiterar una escena de living-comedor en la típica galería alargada, la ubicamos, dividida, en los laterales. Evitamos la redundancia y ganamos jardín”, explica el arquitecto.

Al igual que en el interior, el piso se hizo en cemento alisado y no lleva ningún tratamiento extra.

La pared está revestida en chapa laminada en caliente para que la parrilla pase desapercibida cuando el lugar se transforma en comedor tradicional.
Jardín con huerta

En la planta baja, las ventanas se solapan o se esconden dentro de los muros, haciendo desaparecer los límites entre el adentro y el afuera

Hermetismo para el descanso

“Arriba, priman el hermetismo y la calidez. Es muy lindo el contraste que se da al subir las escaleras, encontrar que los tonos bajan, que hay más privacidad”, dice la dueña de casa.

Los ambientes se airean constantemente de manera natural; por eso, solo se instalaron ventiladores.

Terraza verde

Por la escalera se accede a la terraza verde, donde están armando un lugar de estar y proyectan instalar un fogonero. “El atardecer desde el techo, con el fresno que se nos cae encima, es espectacular”, asegura María sobre uno de sus lugares favoritos de la casa.

El techo verde es uno de los recursos que el estudio incorpora para recuperar el agua de lluvia y la superficie de jardín perdida al construir.
Economía de recursos

Madera, hormigón y chapa. El abanico de materiales es acotado y se repite en toda la casa, lo que redundó en la economía de recursos y un aura homogénea.

Ubicación bien pensada

“Como el frente de la casa da al sur, lo cerramos para generar aislación térmica, además de privacidad. La única apertura la da una línea de parantes de hormigón que deja pasar el aire para ventilar la cocina”, detalla Mosquera.

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