Con ideas simples y efectivas, le sacaron partido a lo existente para armar su primera casa juntos, que tiene todo lo que buscaban, menos sol directo; hoy, un detalle.
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“Sopesamos lo que queríamos y detectamos los puntos en contra y a favor: es un segundo piso que da al contrafrente, por lo que no tiene la luz ideal. Pero había solidez, techos altos, pisos bien mantenidos, y cocina y baño listos para usar”, recuerdan el arquitecto Federico Ciccone y Max Bensimon, comunicador y estudiante de Curaduría de Arte, sobre la decisión que los trajo a este departamento de Recoleta, el primero en el que vivirían juntos.
"Para nosotros es muy importante que la vivienda tenga una buena ‘cáscara’. Desde esa base, diseñamos los interiores según lo que hacemos y lo que nos gusta"
Federico Ciccone y Max Bensimon
Con magia propia
La unidad, en un edificio construido en los años 80, ya había tenido una remodelación que integró el sector social: cocina, comedor, living y escritorio funcionan en conjunto. Con mirada creativa, la pareja puso a punto la vivienda con el estilo joven y estético que los caracteriza. Los techos son altos, el punto máximo supera los 5 metros. “Eso también ayuda a sentir que los ambientes son más amplios”, cuentan.
“Originalmente, esto era un tres ambientes compartimentado. Con una reforma, el dueño abrió el área social y la cocina. Eso nos gustó: preferimos un solo espacio grande antes que varios chiquitos”.
Día a día confortable
“¿Si nos gustaría que estuviera en un piso más alto para tener más luz? Claro. Pero este tiene la magia de ser abierto, sin divisiones, y de estar exactamente en la zona que queríamos. Resulta muy cómodo para dos personas. Y el hecho de ser nuestra primera casa le da una carga emocional muy particular”, explican. No hubo muchos muebles traídos de sus departamentos anteriores. “Mudarse es una oportunidad para empezar de nuevo”, dicen ellos, que para cada sector eligieron objetos, fotos y cuadros que le dan una impronta personal.
“El arte en nuestra casa es ecléctico. Hay obras clásicas, y piezas y puestas más conceptuales, conformando una pequeña colección que todo el tiempo va creciendo y mutando”
El comedor es lo primero que ves al entrar al departamento. Para esa primera impresión eligieron materiales y texturas relajadas, que invitan a acomodarse y pasar un buen momento en la casa.
Simple y práctica
El mueble bajomesada y la bacha ya estaban. Los complementaron con estantes de kiri –sostenidos con ménsulas blancas– para tener vajilla y utensilios a la vista. “Si fuera mi casa, no pondría una mesada de madera”, comparte Federico sobre su experiencia de uso. En el ingreso, obras de María Luque y Santiago Paredes colgadas una sobre la otra.
“Como lo nuestro es más preparar en casa que el delivery, era fundamental una cocina cómoda. La estructura estaba en condiciones: solo pintamos de blanco las paredes –antes en verde inglés– y sumamos estantes”
Soluciones sencillas y efectivas
El dormitorio tiene en chanfle la pared que eligieron como cabecera. Para disimularla, uno de los extremos de la cama queda pegado contra la pared y el otro, separado. “Salvo que te pares al costado de la cama y mires bien, no te das cuenta”, dicen.
“En el cuarto no había luz para absorber, así que fuimos por el opuesto: pintamos de gris oscuro para darle un aspecto audaz y escenográfico”.
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