En un acto que comenzó con la observación en lugar de la imposición, el arquitecto Hernán Landolfo logró una casa familiar sorprendente, con un diseño que también es una declaración de principios.
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“Lo que está construido es la forma que toma el tiempo. Uno va dejando cosas como rastro, y cómo interactuamos con lo que existe me interesa un montón. También, que la construcción tenga que ver con el espíritu del entorno; no existe la obra en blanco, siempre está el contexto”. Esta afirmación del arquitecto Hernán Landolfo se refleja en su hogar de Parque Chas: una casa lograda tras la unión de dos PHs que nunca pudieron ser divididos legalmente.
Los PH estaban aparentemente en ruinas, pero al examinar la estructura principal, Hernán Landolfo y Lucía Gentile, su pareja, vieron que tenían los metros necesarios: solo había que reordenar la distribución y renovar los revestimientos.
“Esta obra tiene un carácter especial y me hizo pensar en cómo uno encuentra el valor en la ciudad. Hay una cantidad de metros cuadrados construidos, y muchos tienen valor, no solo desde el punto de vista romántico. La casa nueva es algo hermoso para cualquier arquitecto, pero hay otros lugares donde tiene más sentido”, continúa Landolfo.
"Una gran parte de este proceso no fue ‘crear diseño’, sino aprender a observar lo hecho. Como si tener una mirada más amable pudiera convertirse en otra forma de hacer arquitectura."
Hernán Landolfo, arquitecto y dueño de casa
La suma de las partes
“Con mis alumnos nos preguntamos qué pasa con lo que producimos, para qué lo hacemos, por qué. Hay muchas estructuras de la ciudad que están mal hechas, no generalizo; pero otras están muy bien. Me interesa tener eso en cuenta”. Esta construcción de la década de 1950 es un buen ejemplo: tenía ambientes bien orientados y ventilados, y luz todo el día: eran 180m2 que podían ser reutilizados, con otros 120 de terrazas.
La intervención se centró en tirar paredes abajo para crear ventilación cruzada, agrandar ventanas y hacer una pasillo vidriado para conectarlas, los únicos 2m2 que se hicieron a nuevo. El PH delantero se convirtió en un gran living-comedor con cocina integrada.
Un gran gesto de la reforma es uno de los dos puntos de unión de los PH: una pared de 45cm de espesor separaba los departamentos originales, y sobre ella se hizo una grieta de 0,50x7m que funciona como un punto focal.
“El corte amplía la perspectiva, porque no se termina de mostrar lo que pasa del otro lado. Esos ejercicios de ocultar el espacio sirven para agrandarlo”, dice Landolfo.
Paso al área privada
Al área privada, donde se ubicaron los cuartos y un vestidor, se llega por el exterior, a través de la grieta en el muro, o por el interior, por medio de una conexión del living-comedor con la antigua entrada del PH posterior, que se convirtió en un playroom para la hija de la pareja (ver plano abajo).
Los departamentos originales estaban organizados alrededor de patios secos, algunos para acceso y otros como expansiones o espacios de secado de ropa. Hoy son pequeños jardines que acompañan el recorrido de la casa y ayudan a drenar agua a través de suelos permeables.
Terrazas bien vividas
Conectadas a través de una estructura que primero fue taller y hoy es lavadero, las terrazas se convirtieron en áreas sociales. Como reciben 12 horas de sol por día, se poblaron de plantas nativas como salvia Guaranitica y Asclepias, que suman color y atraen polinizadores y aves, además de árboles frutales en contenedores.
Carácter barrial
A pesar de estar situado cerca de una boca de subte y entre grandes avenidas que conectan al barrio con otros centros neurálgicos de la ciudad, Parque Chas tiene la virtud de ser tranquilo y misterioso. “Antes de la era del GPS, el barrio ganó la fama de laberinto. Esto es fuente de mal humor para los de afuera, pero fuente de orgullo para los vecinos”, comparte Landolfo.
“La casa tiene un encanto original de la época en la que se hizo esa clase de arquitectura, un momento interesante del ensanchamiento de la capital, cuando aparecen estos barrios y en ellos una clase obrera en crecimiento”, continúa. “Estos barrios tienen una cualidad muy linda, y su preservación no se respeta tanto. En este caso, el tiempo de la casa no fue interrumpido por lo que hicimos nosotros, es un paso más en su historia”.
“Me gusta conocer a la gente que quiere hacer su casa y emprender un viaje con ellos. Me ayuda a expandir el registro de lo que la arquitectura puede significar como experiencia para las personas. Pensar la casa como un traje a medida, no repetir lo que ya hice”.
Qué se hizo
- Los PHs se conectaron a través de dos puntos: uno es un espacio de transición logrado uniendo la antigua cocina del primero y la entrada del segundo; hoy un playroom para Luisa. El otro es una grieta en el que fue el muro divisor posterior de ambas unidades, que conecta dos patios de aire y luz.
- El primer PH se reorganizó para alojar el living-comedor y la cocina integrada.
- En el segundo PH, más pequeño, se ubicaron los dormitorios y un vestidor.
- Los patios secos y el pasillo de entrada fueron convertidos en jardines que acompañan con vistas y verde todo el recorrido de la casa, y drenan agua de lluvia en pisos permeables.
- Las terrazas se conectaron a través de una estructura que antes era un taller y hoy es el lavadero.
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