Él, dedicado a la construcción, desarrolló el edificio, mientras que ella se encargó del interiorismo. Y juntos adaptaron la planta original a una que cuadrase mejor con su estilo de vida.
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Ambos son arquitectos, cruzaron sus gustos y conocimiento para amoldar este dúplex a una vida familiar. Él, socio del estudio de arquitectura e ingeniería Cubero Rubio, estuvo detrás del proyecto y la obra del edificio; ella, fundadora de estudio MeMo junto con Patricia Mezzadra, se ocupó del interiorismo de uno de los departamentos, al cual se mudaron junto con sus dos hijos, de 4 y 7 años. Juan Pedro Rubio y Carola Moris.
"Aprovechando que la unidad tiene más superficie exterior que interior, algo atípico en la ciudad, intentamos que en todo momento se refuerce la sensación de estar en una casa."
Arq. Carola Moris, socia de Estudio MeMo y dueña de casa
Con extensos decks, canteros, pasto y pileta, ese imaginario fue buscado, también, en el resto del masterplan, que propone una “idea de casa propia dentro de un contexto colectivo”, según afirman Rubio y su socio, Agustín Cubero, quienes pensaron en celebrar “formas de vida menos estandarizadas y más cambiantes”. La arquitectura elegida sigue líneas silenciosas en las que “predomina la ausencia de lo innecesario”. Alineada con esa premisa, Moris planteó un equipamiento sobrio y articulado, y trascendió el interior para cargar de vida los rincones favoritos de los cuatro: el balcón y la terraza.
“El patio lateral fue una idea de mi marido. Entrar y ver este jardín de invierno se asemeja mucho con llegar a una casa”
En el dúo de lámparas del comedor hay un pequeño truco visual: un tensor delgado fija la altura para que el cable principal, más largo, tome una caída orgánica
“Diseminamos los espacios de guardado por toda la casa, disimulados con revestimientos varios para que no parecieran placares, sino que quedaran perdidos en la arquitectura”.
La cocina integrada
“Adaptamos el departamento a nuestra dinámica en familia a medida que mi marido ajustaba el proyecto general. Por ejemplo, abrimos la cocina para vincularla al resto de la casa, tanto funcional como estéticamente”, dice la arquitecta.
Los espejos modulan el mueble de la cocina y, ubicados en forma paralela al balcón-terraza, traen las plantas al interior.
Con una sola mesada en la cocina, en el bajoisla hay enchufes para la notebook, el celular y los electrodomésticos.
En el balcón de la planta baja se generó una cortina de enredaderas y cortaderas que tamiza las visuales de enfrente y sirve, también, como red de contención para los chicos.
“No salimos a comprar todo a nuevo, sino que equipamos el living y el comedor con cosas vividas, que heredamos o tenemos desde hace años. Es por eso que aparecen distintos tonos y tipos de madera”. La base neutra y una buena elección de tapizados ayuda a que todas convivan en armonía. Por ejemplo, las sillas Wagner que se usaron en el comedor, se repiten en el living con otro tapizado, enlazando su lenguaje.
La suite principal
“Nuestro cuarto es sobrio, con detalles de color y gestos simples como el del fondo de la cama, con varillas de sección triangular colocadas cada 25cm. Crea una textura luminosa sin grandes movimientos”.
Cuarto infantil y playroom
“Tenemos dos hijos que duermen juntos por elección, lo que liberó lugar para montar un cuarto de juegos. La premisa en ambos espacios fue que tuvieran todo a su alcance, para manejarse sin ayuda de un mayor”
De gran tamaño, la alfombra cubre por completo el piso en el área de juego y amortigua caÍdas.
Como un jardín
Las medianeras de este edificio tienen una altura baja marcada por el código urbano, por lo que las paisajistas sugirieron colocar tutores de hierro con enredaderas que sobresalen del nivel y que no solo dan más privacidad al sector de pileta, sino que cortan con el blanco pleno de la pared.
Sin sistema de rieles, como si pusiera una sábana a secar, la dueña de casa usa una tela blanca que cuelga a lado y lado de los travesaños de la pérgola para protegerla del sol.
“Toda la planta alta es una terraza propia, de 90m2, con parrilla, baño, pileta y un colchón de pasto y canteros. Un oasis maravilloso”.
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