En esta obra, el interiorismo también estuvo a cargo del estudio de arquitectura y se convirtió en un terreno de exploración para la prueba de materiales diversos, aplicados en todas sus formas.
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Gabriel Gambotto es de ese estilo de arquitectos del lápiz y el papel: dibuja a mano alzada, tiene un perfil artístico, estudia en profundidad las estructuras y busca crear escenas distintas en todos los rincones de sus proyectos. Por eso, intenta participar no solo en el lineamiento general, sino también del diseño de interiores. “Creo que es un modo de dar a las obras la importancia que merecen”, explica el fundador de Estudio Gambotto, que usó el proyecto de su casa familiar en Nordelta para desplegar todas sus herramientas técnicas y creativas y, de ese modo, sacar provecho de la plasticidad formal del hormigón que tan bien conoce y maneja.
También, se detuvo a eligir cuidadosamente el equipamiento, buena parte del cual dibujó y mandó a fabricar con su carpintero de confianza. Aquí, cada ambiente tiene su toque especial: un revestimiento oxidado, una lámpara que se roba las miradas, una cocina que parece un bar, un fondo de pared hecho con maderas rústicas y una galería que abre por completo las vistas al lago.
"Cada detalle fue pensado concienzudamente y hecho a medida: los parasoles, el cielo raso, los muebles y hasta las maderas que revisten el hall de entrada, piezas lustradas de distinta forma colocadas una por una"
Arq. Gabriel Gambotto, creador de Estudio Gambotto y dueño de casa
La seguidilla de espejos tiene doble función: oculta el camino al toilette y lleva el jardín al interior de la casa
“Solemos inclinarnos por un interiorismo que contraste con lo brutalista y rígido del hormigón, usando madera de distintas variedades y tonos o mobiliario de cuero de buen diseño”
Un living rodeado de plantas
Los marcos negros de las ventanas se funden con la pared del hogar y dejan el límite interior/exterior visualmente desdibujado. ¿El resultado? Un living rodeado de plantas
Una lámpara vintage y un Chesterfield a tono con la pared detrás rompen con cualquier precepto que asocie el hormigón con lo ultramoderno
Un comedor original
En el sector del comedor principal, la pared de fondo se revistió en chapa oxidada –cuyo proceso se detiene con laca–; es una alternativa para salir de la madera, pero mantener una paleta de color similar.
La curaduría de artefactos de luz se extiende a cada ambiente. En el living y en el comedor se buscó elegancia, con lámparas metálicas de diseño distinguido; en la galería, rusticidad; en los dormitorios, algo fresco y neutro
Un exterior pleno y una estructura de hormigón compleja
El jardín tiene laterales de plantas tupidas para mantener la vida familiar fuera de la vista de los vecinos, pero un centro despojado de canteros que puede aprovecharse al máximo, al tiempo que libera las vistas hacia el lago.
Otro recurso usado por el arquitecto para asegurarse de que nada obstaculizara la vista del agua fue prescindir de las columnas de la galería. Lo logró a través de un sistema de grandes vigas y tensores que sostienen la estructura de la casa y mantienen colgando buena parte de la losa de hormigón de la planta baja.
Los vidrios plegables son cada vez más elegidos para cerrar galerías, ya que permiten usar el espacio todo el año y conservar la sensación de estar bajo un semicubierto
Cuando se cierra el sistema de vidrios de la galería y se abren las ventanas de aluminio de par en par, el área de parrilla se vuelve una extensión del comedor principal
Modo bar
“La cocina no está integrada; primó la practicidad en una casa con chicos: si invitan amigos, pueden jugar ahí tranquilos mientras los grandes están en el living. O viceversa”, explica el arquitecto. Si hablamos de materiales, en el sector de barra y elaboración, vuelve a aparecer el cielo raso de madera kiri que se extiende en el ingreso a la casa y el living anexo, una estrategia que genera continuidad de lenguaje entre los distintos ambientes de la vivienda.
“Me cansé de hacer cocinas blancas. En la mía quise explorar lo opuesto; crear un aura de bar y que, cuando se sirve una picada en esta isla, los invitados sientan que salieron a comer afuera”
Años de prueba
Gabriel Gambotto pertenece a la tercera generación de arquitectos dentro de su familia, y a su abuelo le asigna la responsabilidad de haber allanado su camino en la construcción en hormigón. “Él ya se había especializado en esto. Construyó edificios e iglesias que yo miraba con admiración; ahí comencé a aprender sobre el uso del material”, cuenta el arquitecto de la Universidad de Buenos Aires, que hoy se aboca exclusivamente a casas de hormigón armado.
“Lo elijo fundamentalmente por su practicidad y porque permite hacer esculturas dentro de la arquitectura, cubriendo grandes luces, creando formas originales; hechos que se vuelven más limitados cuando se trabaja con materiales como el ladrillo”, agrega, mientras enumera algunas de las características que se repiten en sus diseños: llenos y vacíos; galerías sin columnas, y pérgolas –también cementicias– que proyectan luces y sombras sobre las ventanas y “hacen más interesante el recorrido de las casas”.
Áreas de trabajo
“El remate de la escalera es un buen lugar para aprovechar como escritorio; en particular, cuando los hijos son varios y cada uno busca tener su espacio de ocio o estudio”, reflexiona el arquitecto. Abajo, un gran ejemplo.
El estudio es un ejemplo del afán de Gambotto por armar escenografías: otra vez aparece la madera, pero en listones rústicos de al menos seis tonos distintos, creando un fondo original para la biblioteca
Áreas de descanso
En este cuarto para adolescentes, del respaldo de cama se desprende un escritorio del mismo color y material
El dormitorio principal, sobrio, monocromático y despojado de ruido visual, se dispone a asegurar el descanso
En línea con el resto de la habitación, las luces esféricas del baño en suite parecen salir del aplique que cuelga sobre la cama
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