El arquitecto Tulio Rossini encabezó el proyecto de la vivienda que comparte con su familia en una zona montañosa de San Martín de los Andes.
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El lote plano llamó la atención del arquitecto Tulio Rossini y su esposa, Sofía Papa: la superficie les permitía hacer la casa que querían para sus hijos. “En este lugar de montañas, encontrar esa extensión era una rareza, pero apareció, y además está rodeada de bosque”, cuenta Rossini. Era la segunda vivienda que construían para su familia en San Martín de los Andes. Al trazar el proyecto, no dudaron: querían aprovechar al máximo el entorno.
"La idea de la casa en forma de abanico –sobre todo hacia el frente del terreno– fue para lograr que cada espacio de la casa tuviera una vista y una integración distinta sobre el espacio exterior"
Arq. Tulio Rossini, al frente del proyecto y dueño de casa
A largo plazo
Para hacer frente al clima y el desgaste que puede ocasionar, el arquitecto eligió para el exterior la piedra y la chapa, materiales duraderos y de bajo mantenimiento. “En la zona se usa mucho la madera, pero preferimos construir con esas ventajas pensando en el largo plazo”, cuenta. Además, un viaje les dio la inspiración en el diseño nórdico que buscaron para el desarrollo, que duró 1 año y 3 meses.
Por dentro, sí eligieron la madera en algunos espacios, como el living: allí revistieron tanto el techo como las paredes con eucalipto, una forma de lograr interiores más acogedores.
Definir sectores
Esta disposición, además, les permitió independizar los espacios sociales, de juego y de descanso. “Nuestra casa anterior era toda integrada, pero ahora decidimos separar los programas la cocina del living-comedor y el sector de juegos de los chicos, y también alejar los cuartos. Así, cada situación tiene mayor independencia”, cuenta el arquitecto. Cada módulo aloja a un ambiente, con un pasillo que los conecta, y ventanales de piso a techo “para acercar la naturaleza, ya que durante los largos inviernos pasamos mucho tiempo adentro”, explica.
El lugar más concurrido
“La cocina es el ambiente que más usamos”, dice sin dudar Tulio. Combinación de isla con anafe y mesa enorme, allí cocinan, comparten comidas y juegan con los chicos.
“Elegimos un estilo más rústico, incluso reaprovechamos tablas de madera que fueron sobrando de la obra y las pintamos de blanco para revestir el techo”
Conexión
Mientras que la altura de los ambientes llega a 4 metros, los pasillos tienen 2,50 metros. “Es como un túnel, para que cada vez que entres a un sector se abra la vista”, cuenta.
Con vestidor y baño en suite, el dormitorio principal es casi como un departamento independiente.
Casa para todo el año
“Para el invierno tenemos losa radiante, mientras que durante el verano nos alcanza con la ventilación cruzada, algo pensado en todos los ambientes”, cuenta el arquitecto. Todo el piso de la casa es de microcemento blanco, “amigable al tacto para disfrutar el piso radiante”, afirma.
Si bien los módulos repiten el diseño en toda la casa, las dimensiones cambian: el living es el más grande mientras que los cuartos son más chicos.
En altura
Mientras que toda la casa está en una planta, en el piso superior Tulio ubicó su estudio: “Es un lugar autónomo, con todo lo que puedo necesitar mientras trabajo”, explica. Incluso ideó una pequeña cocina con puertas para poder ocultarla si no se usa.
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