Eugenia Mendoza y su pareja instalaron su hogar en Zona Norte, similar a los refugios del lugar, pero con reminiscencias nórdicas y japonesas.
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“Dique Luján es como un Delta al que se puede llegar en auto”, describe Agustín Mendiondo, que junto con Franco Riccheri fundó FRAM Arquitectos, el estudio encargado de diseñar esta casa para la artista visual Eugenia Mendoza y su marido, Diego. “Fue nuestra primera obra hecha en madera: nos empujó el contexto”. Casi no hubo que darle vueltas al proyecto: los materiales fueron elegidos en base a lo que existía alrededor: refugios de chapa con amplias galerías, perdidos entre la vegetación y elevados para evitar las inundaciones.
"Buscamos que la casa se mimetizara con el entorno, que no pareciera ‘importada’ de la ciudad. La elección de chapa y madera fue clave para lograrlo."
Arqs. Agustín Mendiondo y Franco Riccheri, de FRAM Arquitectos
Entramos
Los dueños de casa han trabajado en gastronomía, y coinciden en que el acero es un material noble para la limpieza. “Aprovechamos que eran pocos metros de mueble e invertimos en eso”.
Con el mismo deck de la galería y un entramado de maderas como cerramiento, el lavadero se mantiene completamente ventilado.
Diseño fresco y liviano
Eugenia Mendoza, dueña de casa y artista, cuyas piezas animan todos los ambientes, nos cuenta: “Cuando estábamos terminando la obra, yo cursaba una residencia de arte en URRA [organización argentina sin fines de lucro que además realiza intercambios culturales internacionales, entre otros programas] en la que aprendí a trabajar con mimbre y fibras naturales, todos elementos de la zona, al igual que los que usamos para construir. Fue una linda coincidencia entre lo profesional y lo personal”.
Piso de placas de fenólico brasileño de madera virola (Maderera Newton) teñidas y tratadas con Magic Oil (Pallmann). El revestimiento de paredes y cielo raso se hizo con el mismo material, pero con pátina aguada y protección de hidrolaca (Petrilac).
"Nos gustaba la línea arquitectónica del Delta, pero queríamos sumar un plus de diseño que además tuviera que ver con lo nórdico y con lo japonés: fresco y liviano."
Eugenia Mendoza, artista visual y dueña de casa
En el living, sillón de cuero color óxido (Diol) diseñado por Taller Alsina, emprendimiento de la dueña de casa. Mesa ratona heredada y mesa de guatambú ‘Tero’ (Sur del Cruz).
La condición innegociable era conservar los árboles del terreno. Por eso, la ventana sobre la TV se agranda en línea con el techo, para hacer lucir el nogal.
Por costos, se eligieron paños fenólicos de madera clara con imperfecciones. Los dueños los lijaron y blanquearon para unificarlos. Con excepción del baño, todos los ambientes están revestidos con ese material.
Simple y austero
La dueña de casa, creadora de Taller Alsina, restauró un set de mobiliario heredado que aporta memorias y un toque vintage al dormitorio principal.
“Pensamos el cuarto como un espacio súper simple. Somos austeros con la ropa; no hay vestidor. Los protagonistas son los muebles reciclados y las vistas al verde”.
Sobre la mesada de baño en mármol de Carrara, bacha ‘Bol’ (Roca). Espejo circular (Mercado Libre). Aplique de luz ‘James’ negro mate (Pura Iluminación). Porcelanato oscuro (Ilva). Grifería ‘Alerce’ (FV).
Jardín conservado
“La galería se pensó continua para vincular los espacios interiores, y con acceso a lugares de estar que recuperan la cota cero, perdida al elevar la casa”, dice Agustín Mendiondo
Siempre les gustó la isla, pero les parecía engorroso el traslado en lancha. En Dique Luján encontraron la misma aura, con la ventaja de estar en el continente.
Sin paisajistas de por medio, las plantas fueron recuperadas de los descartes de podas vecinas.
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Con galería, quincho y todo lo que nos gusta. Una casa de Luján luce su meditada sencillez en un terreno de árboles añosos.