El hallazgo marcó el inicio de un refugio de playa donde cada objeto vale por el aporte de su pátina antigua al conjunto.
- 3 minutos de lectura'
¿Se sueña para darle cauce a un deseo? ¿O los deseos dictan el armado de algunos sueños? En esta casa “hecha al revés”, como dice Andrea Scarabotti, su dueña y creadora de @ranchitovintage, pasan ambas cosas. “Todo empezó hace cinco años, cuando encontré estas aberturas de demolición provenientes de una misma casa: lo que había imaginado durante tanto tiempo, de pronto pareció posible”. Si ya tenía un proyecto en mente, descubrirlas cambió, si no el concepto general, su forma. “Por ejemplo, determinaron la altura del techo, para que cupieran con banderola”.
Antiguo anhelo
La decoración, conformada en un ciento por ciento por elementos usados, siguió el mismo camino de búsquedas persistentes y hallazgos en remates de Tres Arroyos, donde vive Andrea y, la mayor parte de las veces, en internet. “Incluso compré el terreno sin verlo. Me llamaron de la inmobiliaria para decirme que había uno disponible en esta zona, que me gusta porque es arbolada, y por eso mismo conozco de memoria. Reservé al instante. Pero no fue tirarse a la pileta, sino que sé bien lo que quiero”.
"Desde el día en que empecé a vivir sola, siempre busqué lo antiguo. La casa de mis padres no tenía nada que ver con eso y era algo que anhelaba."
Andrea Scarabotti, dueña de casa y creadora de @ranchitovintage
Cocina de antes
“Cuando le propuse a mi marido hacer un ranchito de chapa para los veranos en Claromecó, él se imaginó un galpón frío y desangelado. Después de un viaje a Villa la Angostura, coincidimos en revestir los interiores con machimbre de pino. Él fue fundamental en la logística, su saber de contador, su compañía en el proceso, porque yo me tiré de lleno, y hasta hice la dirección obra”, nos cuenta Ana, que estudió unos años de arquitectura y contó con el asesoramiento de su hermano arquitecto.
“Si no reparás en el microondas, la pava y el horno eléctrico (que tengo agrupados) te da la sensación de esas cocinas de antes”.
“Las mayólicas son una maravilla: parecían hechas para rodear la cocina rosa viejo. Una vez más, fui de atrás para adelante. No busqué equis cantidad; con las que encontré, armé el diseño”.
Imperfecta armonía
“Conseguí casi todo por internet, mirando fotos. Nunca dudé, siempre confié. Es cierto que a veces falta un cairel o un mosaico viene cachado. Pero jamás puse el foco en la obsesión de lo perfecto sino en la armonía del conjunto. No solo muebles, ¡hasta los sanitarios son de época! Más allá de Tres Arroyos, por Marketplace los pesqué en Azul, Bahía Blanca, Olavarría o Buenos Aires. Cuando mi hijo viajaba, lo mandaba a buscar las cosas. Me puse cancherísima. Fue un ejercicio constante de la decisión veloz y económicamente conveniente”.
Verde para los ojos y el alma
“Para unificar, pinté los postigos y la carpintería de hierro en un tono que llamo ‘verde aparador’, por los que veía de chica. A veces me pregunto si era el único color que había o si era lo que mis ojos captaban, porque amo el verde desde siempre”.
“Reivindico lo reciclado por una cuestión sustentable y, sobre todo, porque me provoca felicidad. Tal vez por eso el entusiasmo en compartir lo que hacemos en @ranchitovintage. Pero, en parte, empecé la cuenta para mostrar que se puede hacer una obra de otra manera y a bajo costo”, finaliza nuestra anfitriona.
Más notas de Casas de playa
"Pensé que veía tiburones pero no...". La historia detrás de la única casa de la costa diseñada por Clorindo Testa: dónde está
En Ibiza. En lo alto de una colina, renovaron una casa de los 90 con diseño mediterráneo revisitado
En el Bosque Peralta Ramos. Así es la casa cálida y transparente de dos destacados diseñadores marplatenses
Más leídas de Revista Living
Fin de semana en la ciudad. Qué ver en la edición 2024 de Casa FOA
Minimalista. Una casa de arquitectura moderna sorprende en el barrio de las "calles románticas"
Pasamanos de casas. La decoró para una amiga y terminó mudándose ahí años después
Con galería, quincho y todo lo que nos gusta. Una casa de Luján luce su meditada sencillez en un terreno de árboles añosos.