Tras una residencia especializada en cerámica en La Toscana, se instaló con su familia en La Providencia, donde, además de trabajar en sus obras, construyó con técnicas de construcción sustentables su galería y atelier.
- 3 minutos de lectura'
Crecer en el campo fue lo que llevó a Desirée De Ridder a dedicarse al arte. Su madre, May Perkins, fue una de las siete hijas de Carlos Edmundo Perkins, estanciero y forjador de El 29, la emblemática estancia ubicada cerca de Alberdi que después fue dividida entre sus descendientes. Allí, en 1964, la madre de Desirée le pidió al arquitecto Jorge Bustillo -hijo del creador del hotel Llao Llao y del Casino de Mar del Plata, entre tantas obras- que construyera su propio casco, al que bautizó La Providencia y que le heredó a su hija tras su muerte, en 2008.
Desde entonces, Desirée ha hecho de este sitio un refugio en el que realiza la mayoría de su obra y ofrece residencias para artistas. Un lugar maravilloso que refleja como ningún otro el estilo criollo de esta ceramista que ama la pampa y las tradiciones de su país.
"Al terminar el secundario, me inscribí en la Escuela Prilidiano Pueyrredón para cursar el profesorado de pintura. Fueron cinco años llenos de aprendizaje, donde por primera vez tuve contacto con la escultura."
Desirée De Ridder
“Las aves siempre han estado representadas a través del arte en todas las culturas de la historia de la humanidad y son muy importantes en mi vida”.
El casco antiguo
Aunque la casa cuenta con dos galerías, a Desirée le gusta sentarse a tomar el té en esta, porque desde aquí contempla el atardecer. Las piezas colgadas de columnas son obra de la dueña de casa y una muestra de su amor por el color.
Los muebles son los que compraron sus padres cuando equiparon la estancia a mediados de los años 60 y también de esa época es la araña de bronce.
“Los huevos que consumimos en casa son de las gallinas que viven en libertad”, comparte Desirée divertida.
Dormitorio principal
El dormitorio de la dueña de casa está ubicado en la torre que originalmente se pensó como el escritorio de su padre.
Bustillo colocó dos bibliotecas empotradas a los costados de la ventana para que se usaran de archivero. El mueble es obra de Margarita Perkins, tía de Desirée.
“Haber pasado la vida rodeada de animales, observando sus formas, movimientos y colores, me dio una sensibilidad particular. Hoy siguen maravillándome no bien abro la ventana de mi cuarto”
Cuarto de huéspedes
Una de las características de este casco es la sucesión de arcos de medio punto que Jorge Bustillo ideó para darle uniformidad y sentido estético a toda la casa.
En uno de los cuartos de huéspedes, Desirée colocó la cama que perteneció a su madre, vestida con una manta santiagueña de más de 100 años.
Bioconstrucción para el taller y la galería de arte
En 2019, Desirée comenzó un proyecto de bioconstrucción para instalar su taller en el antiguo tinglado donde se guardaba la maquinaria agrícola. “Comencé a interiorizarme en la bioconstrucción a través de una cooperativa marplatense llamada Tribu de la Tierra. Es fascinante: solo se utilizan elementos naturales, como tierra arcillosa, arena, pasto seco y abono”, nos cuenta.
Toda esta nueva área de 180 m2 se hizo con 9000 adobes que la dueña de casa fabricó junto con sus tres hijos y dos ayudantes. Su sentido estético logró que incorporara magistralmente paredes altísimas y grandes ventanales de hierro con vidrio repartido.
‘Quincha’, así se llama el sistema de bioconstrucción (con maderas, varillas esterilladas y paja) que se usó para el techo de este pasillo, que conserva el arco original.
Entre las obras de Desirée se destacan las lámparas, una gran águila arpía frente a un telar salteño, un león en madera y cerámica (una de sus favoritas) y el tótem en madera y cerámica del que cuelga una cadena que representa las ataduras.
“Cuando decidí ser artista, me puse la mochila al hombro y comencé a aprender. Porque yo no creo en el talento, sino en el esfuerzo, la dedicación y la disciplina”.
Técnicas antiguas
“Cuando se termina una obra, se deja secar y después se hornea alrededor de cinco horas, alimentando constantemente el horno con leña fina”.
Los mágicos atardeceres de La Providencia se aprovechan para armar la mesa y comer al aire libre a la noche. Allí no faltan sus típicas jarras en forma de tucán, pingüino y gallo, los candelabros que fabricó con barro de una laguna cercana y las flores frescas.
Paisaje de libertad
Las gallinas andan sueltas durante el día y duermen en el gallinero diseñado por Bustillo, hoy adornado con cerámicas de Desirée
Más notas de Casas de campo
Para amantes del verde. Cinco jardines de invierno de distinto estilo
En San Andrés de Giles. Dos diseñadoras le dieron a una casa prefabricada un interiorismo regido por los cinco elementos del Feng Shui
De Chile a Suecia. Con sus propias manos, una joven pareja reformó una casa del 1800 perdida en el bosque
- 1
Con una original estrategia para dividir espacios, le dieron luz y versatilidad a este departamento pensado para sus hijos
- 2
Una pareja nos muestra cómo vive sus cambios y los de su casa en Martínez, obra de un maestro del racionalismo
- 3
Construyeron un quincho subterráneo para no perder espacio verde
- 4
En San Isidro, una tienda que potencia el trabajo de 2.600 artesanas del Gran Chaco argentino