Los jóvenes dueños de La Florida Casa Pueblo y Delfi Gismondi Deco Handmade nos reciben en su obra de vida.
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La escritura fija el año de construcción en 1912, pero a ellos les dijeron que la casa estaba desde mucho antes. Delfina Gismondi y Agustín Carballido la compraron hace ya 15 y, desde entonces, como las maderas con las que trabaja Delfina, ha ido mutando su piel al compás de los proyectos de la familia.
Él, arequero, ella porteña, se conocieron muy jóvenes y, después de terminar sus respectivos estudios en la Capital, se mudaron a los pagos de él, más precisamente a “La Florida”, el campo familiar. Mientras tanto, reformaban su casa en el pueblo para hacer un gimnasio donde él pudiera trabajar como preparador físico y Delfina empezó un curso de restauración de muebles con Bibi Leoni de Bergadá. Esa fue la semilla. Y, como dice el refrán popular, en esta tierra si tirás una semilla, crece.
Delfina disfrutó tanto el contacto con la madera que empezó a darse maña por su cuenta. A buscar en el campo listones viejos sin uso o muebles para reciclar. A pedir herramientas para sus cumpleaños.
Una estética que se trasladó al hotel
El entusiasmo de Delfina se fue expandiendo. Hizo un taller al fondo del gimnasio y, poco antes de la pandemia, ocupó una parte para abrir un local a la calle donde ofrecer los muebles y objetos que creaba con maderas recuperadas. Pero bueno, llegó el paréntesis del 2020, y después de estar siete meses sin poder abrir la casa-gimnasio-local del pueblo, empezaron a darle vueltas a la idea de hacer un hotel ahí mismo.
“Empezamos a darnos manija con la idea del hotel. La ubicación era ideal, en pleno casco histórico, perfecta para quienes quieren recorrer Areco a pie. Llamamos a Eugenia Berisso, una amiga arquitecta, y en tres meses lo armamos”.
“Mi gran desafío es encontrar maderas en buen estado, sin polillas y derechas, porque no tengo maquinaria de una carpintería para moldearlas.”
Los cuartos, inspirados por una paleta de madera y blanco, se distinguen por su amplitud y simpleza. Su diseño y decoración fueron pensados para facilitar su mantenimiento: pisos de cemento alisado, alfombras de yute duraderas, camas de madera sólida que no se aflojan y cubreedredones de tussor reversible y lavable. Todos los muebles, absolutamente todos, fueron hechos por Delfina.
“A las habitaciones las doté de encanto al colocarles puertas viejas. Conseguía las hojas y luego adaptaba el marco”.
Hoy, dos años después de la apertura, La Florida Casa Pueblo ofrece a sus visitantes cuatros habitaciones amplias -más una en camino-, jardín con pileta y desayunador. Agustín lo atiende y administra y Delfina se ocupa del local. Ya tienen 40 y pico, cuatro hijos y dos remodelaciones juntos.
La Florida Casa Pueblo está en Bolívar 321, San Antonio de Areco. Teléfono: 011 3345-4617
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