¿Por dónde querés empezar a renovarlo? Te traemos ideas de color, iluminación, espejos, alfombras y murales, para empezar.
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¡Cuántos empezamos por el living y quedamos sin energía ni recursos cuando llega el momento de decorar nuestro propio cuarto! Si estás con ganas de hacer aunque sea un cambio, mirá estas ideas las casas que visitamos recientemente y de otras a las que siempre nos gusta volver.
El factor emotivo
“Cuando viví en Paraguay, mi madre puso en mi cuarto una manta amarilla típica y le agregó unas cortinas del mismo tono. Ahí pasé una etapa muy feliz de mi vida. Me quedó como un color alegre que luego volqué naturalmente a mi casa”, nos contaba la directora de Living, Mariana Kratochwil, cuando se hizo la nota de su casa (la pueden ver acá). También nos contó lo especial que es para ella su secretaire. “Lo mandé a hacer como regalo para mis 35 años. Siempre había soñado con tener uno”.
Cada uno tiene una afinidad más o menos explicable con un color y la atmósfera que emana. Qué lugar más indicado que nuestro cuarto para desplegar ese sentimiento tan íntimo ¿no?
Descanso con libros
Hoy estamos preocupados como nunca por la falta de descanso, y sería ideal crear en nuestro dormitorio algo que nos convoque a ello. Y ojo, eso no significa necesariamente que todos tengamos que pintar nuestro cuarto de colores claritos. Como decíamos, hay que indagar en lo que a cada uno nos hace sentir cómodos, seguros y relajados. ¿Y si fueran los libros?
Siempre nos gustó el cuarto de la diseñadora Florencia Sucar. Especialmente por la decisión de tener una biblioteca. Si nos gustan los libros, es una linda idea buscarles un espacio y llevar allí los más queridos, esos que podemos agarrar a la noche en lugar del celular. Además, dan una calidez y un color inigualable.
Una alfombra
Están los que las aman y los que no. Pero a la mayoría le gusta apoyar la primera pisada del día sobre una superficie mullidita. Los ejemplos a continuación muestran cuán distinta puede ser la vibra que hacen surgir desde el piso y, si es lo suficientemente potente, no hará falta poner mucho más.
La alfombra puede ser un punto de color y de diseño del que se desprenda el resto de la decoración.
La comodidad de la buena luz
¿En qué venimos flojos? ¿En tener una buena luz de lectura, esa de la que nos acordamos recién cuando nos metemos en la cama? ¿En la iluminación general? (Está bueno el clima, pero cuando necesitamos encontrar algo, irrita la penumbra). También puede ser que el proyecto de mejora venga por poner una luz dentro del placard.
Y otra idea: estantes para exponer pequeñas obras. Acá, de izquierda a derecha: tinta de Kalil Llamazares; obra conjunta entre Kalil Llamazares y Laura Saint-Agne, collage de Laura Saint-Agne de la serie “Rescates” y obra azul con la técnica de cianotipia (Anna Experimental).
Una mejora posible puede ser dimerizar la luz de nuestro cuarto. Al final del día, logramos más clima con la iluminación que con los objetos.
El comodín genial
Los almohadones (o las fundas, nomás) son una manera sencilla de ponerle personalidad y variedad al cuarto. De refrescarlo sin planear ni gastar tanto. Hechos con retazos, intervenidos, pintados a mano, bordados, lisos, en degradé. Mil opciones para el color que nos tenga hechizados en el momento.
Renovar la funda del edredón
Renovarla o invertir en una. Si hay un presupuesto acotado, mejor blanca, para que resista los lavados frecuentes que le imponen los power users. Es que, por gusto o por necesidad, en la cama a veces se trabaja, se chatea y se ven pelis, y una manta deslucida arruina la deco general.
Un espejo
Agrandan, iluminan, dan profundidad, sus marcos suman diseño. ¡Eso por no hablar de su imprescindible función primera!
El espejo, circular y desplazado del eje de la cama, da dinamismo a este dormitorio que no es tan ancho; también, color, en tanto hace que las plantas entren al cuarto.
Bendita TV
Si la vamos a tener en el cuarto, que no afee la cosa. ¿Lo está invadiendo todo porque no le dimos un buen marco? Acá, las interioristas Magalí Muchnik y Leila Wainstein idearon un panel petiribí laqueado con esterilla que del lado de la cama aloja la TV y, del otro, un espejo para el vestidor.
Empapelar una pared
Todo nos encantó del dormitorio de la diseñadora Eme Carranza cuando lo vimos. Sobre todo, nos llamó la atención lo distinto del resto de la casa, la voluntad de hacer de este lugar un refugio. Un elemento clave es el empapelado hecho a pedido (con ilustración de Micaela Zapata y ejecución de Berry Design), montado en paneles con la carpintería estructural a la vista.
En casas que buscan la practicidad, muchas veces la madera pasa del piso al techo. Y allí crea una sensación de abrigo especial.
Mirar para arriba
Una obviedad: en un cuarto se mira mucho al techo y, por lo general, no hacemos nada al respecto. La que sí hizo algo al respecto en su dormitorio fue Carolina Allende, creadora de Tinta Chini, empresa de murales y empapelados personalizados.
Jugarse de una vez
“Diseñamos el mural del dormitorio principal con cortes de distintos tipos de madera enchapada. Es una intervención que refleja el estilo y la vocación artística de los propietarios”, nos decían desde el estudio Lerner-Raffo Arquitectos sobre esta obra impactante sobre la cama (pueden ver la casa completa acá).
La idea es tratar de acercarse a esa acuarela, foto en blanco y negro, tapiz o batik al que le tenemos ganas desde hace rato. Nos va a cambiar el día. Y la noche.
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