El color de la calma: reforma paciente y decoración en azules en un depto para cinco
El ojo preciso y artístico de una escribana siguió cada detalle en la reforma de su departamento hasta convertirlo en su hogar familiar.
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LA NACIONLucrecia Álvarez
Virginia y Mauro estuvieron más de nueve meses buscando departamento para ellos y sus tres hijos, Francisco, Isabella y Valentino. No porque fueran indecisos, sino porque tenían una visión muy clara y la persiguieron hasta materializarla. Una vez conseguido, los arquitectos Anthony Sibbald y Lucía Korcarz se encargaron de reformar la cocina con comedor diario y los baños. Mientras tanto, los flamantes dueños avanzaban con la ambientación aprovechando el asesoramiento de los profesionales y así, por ejemplo, entre otras cosas eligieron juntos el cuadro de Vicente Grondona, que es el alma del living.
Si dar con la casa ideal lleva tiempo, adecuarla al gusto y necesidades de una familia de cinco, también. Perfeccionistas y pacientes, los dueños se tomaron casi dos años para completarla.
"Soñábamos con espacios confortables para compartir y que cada uno tuviera su lugar. Buscamos mucho hasta dar con esta casa, y el mismo día que la visitamos sentimos que era nuestro hogar"
Virginia y Mauro, dueños de casa
Aquí en versión fumé y como remate en el comedor, los espejos amplían, multiplican la luz y este además, decora.
¿Azul y marrón? Definitivamente. Ante la duda, los expertos sugieren mirar a la naturaleza: sus combinaciones nunca fallan.
Rincón de relax y lectura
Con láminas de tela opaca suspendidas entre dos velos traslúcidos, las cortinas ‘Silhouette’ (Hunter Douglas) del espacio de lectura permiten una graduación muy precisa de la luz.
“En este sillón se diluyen las tensiones del día”, asegura Virginia. La frescura de la paleta también colabora.
Cocina: Luz y dinamismo
El ojo de buey en la puerta del lavadero suma transparencia.
Al eliminar un tabique se abrió un paso de la cocina al comedor diario contiguo, un movimiento que trajo luz, dinamismo y amplitud.
“Mi trabajo requiere mucha exactitud y formalidad: la decoración es un cable a tierra”, cuenta Virginia, que alimenta esta pasión con lecturas, cursos y talleres.
Descanso apacible
Con la intención de generar un entorno apacible, los dueños eligieron grises y azules para su dormitorio. “Son los colores que nos equilibran”, dicen.
El espejo heredado con marco laqueado engama con las mesitas hechas a medida y la cómoda.
“Fuimos con Isabella al taller de Luisa Freixas, donde eligió el motivo de la pared. También ama la manta de cama: representa muy bien su espíritu romántico”
Por Lucrecia Álvarez
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