Gracias a varios refuerzos estructurales, se integraron espacios, se sumaron losas de hormigón y aberturas de PVC, abriendo paso a la modernidad
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“Esa no es mi casa. ¿Cómo lo van a lograr?”, les dijo la clienta a los arquitectos Santiago Negri Aranguren y Jaime Blaksley cuando le presentaron el proyecto para remodelar esta construcción de 1992 en un barrio cerrado de San Isidro. Después de diez años de transitar los mismos ambientes y pasillos, necesitaba vivir en un lugar nuevo, sentir un cambio de aire, pero no quería resignar la zona ni el terreno. “La opción era: renovación total o mudanza”, comparte Negri Aranguren, y agrega: “Así que le buscamos la vuelta para que valiera la pena apostar a una reforma”.
El ladrillo quedó oculto entre revestimientos de madera, franjas de hormigón y paredes blancas y grises, que aggiornaron por completo el estilo noventoso y, ahora, invitan a imaginar que la obra fue hecha desde cero.
"El exterior está revestido en lapacho. Se puede dejar al natural y que se torne gris, pero optamos por protegerlo con Cetol transparente: al finalizar la obra y seis meses después."
Arqs. Santiago Aranguren Negri y Jaime Blaksley, a cargo del proyecto y la obra
Aire fresco y nuevo
La pileta, la galería, el living-comedor y el pequeño jardín del fondo están en un mismo eje. Así, el verde atraviesa Los espacios y conecta frente y contrafrente. “Funciona como punto de fuga”, dicen los arquitectos. Para poder tapar rápido la medianera norte se usaron troncos en vez de alambre, sobre los cuales ahora crecen enredaderas. El paisajismo estuvo a cargo de Melanie Nassimoff.
En la galería, reemplazaron la pérgola por una losa que protege el área semicubierta y trajeron la parrilla, que estaba perdida en un rincón del jardín.
Mejor espacialidad interior
“La distribución original tenía muchos espacios chicos, fragmentados y a distintas alturas; nivelamos e integramos los ambientes para conseguir una planta baja libre”.
La chimenea existente era muy chica y quedaba desproporcionada en relación al nuevo ambiente, pero demoler el pulmón podía resultar un problema. Los arquitectos la engrosaron y ampliaron la boca; ahora, además de tener una mejor medida, funciona como estante.
“El lateral medianero donde está el hogar da al norte. Abrimos rajas que captan esa iluminación –la mejor– y llevan un marco de aluminio oculto para que no obstruya en absoluto el paso de la luz”
Una cocina flamante
Mientras que todos los pisos exteriores e interiores son de cemento alisado, en la cocina jugaron con tonos de azul en los calcáreos, las alacenas y bajomesadas.
Hasta llegar al color deseado, se hicieron muestras de pintura sobre tablas de MDF para evitar los costos de laqueado en cada ensayo.
Desde la ventana del comedor diario se ven los cerramientos negros que le dan privacidad al jardín del frente.
Dormitorios en planta alta
El dormitorio principal tiene un largo pasillo hacia el baño, en el que la dueña de casa armó su tocador. “Un lugar para maquillarse tranquila, sin tener que meterse en el vapor del baño o que se empañe el espejo”, explican los arquitectos.
La decoración sobria y atemporal del cuarto de uno de los chicos, también deja lugar para las pasiones futbolísticas.
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