Con la reforma integral de un PH en altura en el barrio de Colegiales, una joven pareja desafió todos los pronósticos y consiguió exactamente el hogar que deseaba.
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“Es un barrio familiar y súper tranquilo. Como estás del otro lado de la vía, hay poco tránsito y, cruzando Crámer, tenés Cabildo con todo a tu alcance”, se entusiasman los dueños de casa. Conscientes de que cada vez quedan menos propiedades de este tipo, fueron pacientes, pero tenaces. “El que busca, encuentra”, se repetía ella en las recorridas periódicas por su barrio ideal hasta que vio un cartel de venta. Una vez que concretaron la operación, llamaron a una gran amiga, la arquitecta Cristina Rasera, para que asumiera el proyecto y la dirección de obra de una reforma a fondo.
“El ingreso era por un garage cerrado y oscuro donde había que encender la luz en pleno día. Hicimos una oficina como espacio intermedio: es chica, pero muy linda. ¡Quedó irreconocible!”, dicen sus dueños.
Subimos
Actualmente, se ingresa desde la calle a un patio seco abierto al cielo y, luego, al estudio que acabamos de ver, donde está la escalera que configura el acceso propiamente dicho.
Arriba, la casa tenía un piso en forma de H con una secuencia de tres habitaciones con ventanas pequeñas. Como dificultad adicional, habiendo otra vivienda abajo, resultaba complejo mover las aguas. Esa situación, sumada a las premisas de Rasera de “despojar, despejar y conectar”, terminó por definir la nueva distribución. “Tenía muchas dudas sobre la cocina, pero la arquitecta me mostró la tapa de un libro de arquitectura con el mismo planteo en una casa de Oslo. Por suerte, lo hicimos: resultó una idea genial”.
“Como no teníamos comedor diario, se aprovechó el área de paso entre la cocina y el living, un espacio acotado que optimizamos con la losa de la ventana y sillas de diseño muy liviano”.
“Originalmente, toda la superficie del living estaba ocupada por tres cuartos contiguos con ventanas chicas. Tiramos las paredes, cambiamos las ventanas ¡y quedó este ambiente enorme y lleno de luz!”
Vista desde el comedor (con cielo incluido)
“En la zona del living, hicimos la losa en dos niveles, lo que genera también dos alturas en la terraza. Aprovechando esa distancia, colocamos una raja de pared a pared para ver el cielo”.
Plano detallado
- En la entrada original, se eliminó el techo del garaje y se dejó un patio a cielo abierto para guardar el auto.
- El espacio muerto junto a la escalera se aprovechó para hacer el estudio de la dueña de casa.
- Donde hoy está el living comedor había tres ambientes estancos que miraban al pulmón.
- El dormitorio principal se ubicó donde estaban la cocina y el lavadero, cerrando parte de la terraza para incorporar el vestidor y el baño en suite.
- Desde allí se sale a un patio que tiene una escalera para subir a la terraza.
Suite con patio
“El diseño de iluminación es impecable. Se aprovecharon las fuentes naturales al máximo, y dimerizamos todo para generar diferentes climas”.
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