Elementos que evocan paisajes y recuerdos de viajes son protagonistas en ambientes que transmiten calma visual.
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Cecilia Posternak es diseñadora de interiores y tiene una certeza: como la decoración está ligada a las emociones, los espacios ganan sentido solo cuando despiertan sensaciones. Con esa filosofía ambientó su casa en Hudson, a la que se mudaron con su marido desde Belgrano para criar a sus hijos (hoy de 15 y 17) en contacto con la naturaleza.
Un ejemplo de esa sensibilidad es el efecto que logró al combinar distintos tipos de piedras que la transportan a los paisajes de su infancia en Puerto Madryn. También, se nota el rastro del trabajo artesanal de Cecilia, siempre dispuesta a poner manos a la obra para renovar una casa que se adapta a nuevos hábitos.
Calidez y calma visual
La ambientación del living se basó en una estudiada mezcla de colores neutros y texturas que van de la pana a la piedra.
Para contener los sillones, dos alfombras del mismo material y hechura en colores diferentes (Crima Cueros). Las bibliotecas tienen fondo de piedra Viedma rectificada (Pavimenti).
Conexión y texturas
En la planta baja, todos los ambientes se unen armónicamente gracias a la elección de materiales y colores que le dan identidad al recorrido.
En las puertas corredizas colocaron vidrios espejados. Dan amplitud y resguardan la vista hacia la cocina.
La típica campana fue reemplazada por una caja de placa de yeso con extractor embutido en una cocina clásica y funcional. Muebles laqueados, estantes, mesada de mármol, mesa e isla enchapadas en lustre nogal (todo de Barugel). Lo funcional se enriquece con el revestimiento de efecto tornasolado (Borgo).
Nuevos hábitos
Cecilia armó este mudroom a tono con costumbres que llegaron para quedarse. Cubrió las paredes con placas de pino que pintó de blanco, instaló el estante superior y los percheros.
El lavadero, un lugar muy visitado y pocas veces tenido en cuenta ganó atractivo con detalles precisos: frascos con tapa de corcho (Mahi by Na) y botellones (Nea) para no tener envases a la vista. Canastos para guardar ropa, productos de limpieza y broches.
Galería versátil
La reforma más reciente es la galería donde Cecilia volcó muchos de los conceptos que la fascinaron durante un viaje por Grecia y Australia.
Avanzaron sobre el jardín para construir esta amplio ambiente que se conecta con el interior y se abre o se cierra hacia la pileta. Aquí instalaron la parrilla y organizaron un comedor y un living. Hace poco sumaron la barra que termina de definir el sector de la parrilla. Tiene frente en piedra San Juan, como las paredes.
En el sector del living, un banco de álamo (Gramíneas Deco) sirve como mesa ratona. Sillón heredado con fundas de tussor blanco (Vändeco & Design). Aquí y en el resto de la casa, aberturas de PVC con DVH (Abercom).
Pisar el césped
Para facilitar el mantenimiento de este sector del jardín, Cecilia reemplazó el deck por un piso de porcelanato antideslizante ‘Abedul’ (Cerro Negro) y cambió la pérgola de madera por una de hierro donde crecen rosas ‘Iceberg’ y banksiae.
"La mesa canadiense revivió el rincón de la pérgola, que ahora usamos muchísimo. El celeste tiene su eco en la pileta, que está en diagonal. En casa, todo tiene su lógica"
Cecilia Posternak, diseñadora de interiores y dueña de casa
Otra buena idea: tomó una maceta en desuso y la llenó con piedra Mar del Plata partida. Adentro colocó un recipiente de bioteanol. Así fabricó este original fogonero en un living de aire mediterráneo, equipado con sillones ‘Ibiza’ de palo de eucalipto (Ce.Ce Piume). Mesa de cemento satinado (Mercado del Estilo). Macetas rotomoldeadas (Bauform). Textiles (Lote Propio).
Espacios bien aprovechados
En los cuartos dejaron el techo de madera al descubierto y pintado de blanco para ganar altura.
En el cuarto principal, lámpara de techo (Vint Market). Pintura gris azulado ‘7015′ (Sherwin Williams). Velador (Dante Iluminación). Las mesitas se renovaron con pintura beige en la parte superior y un tono metalizado en las patas.
Se convirtió el dormitorio de huéspedes en un escritorio con varias ventajas para las horas de trabajo: luz natural, privacidad y salida directa hacia el balcón aterrazado.
Los cuartos de los chicos son compactos, pero ricos en recursos para aprovechar el espacio: puertas de espejo en el placard y lugar de guardado debajo de las camas.
El panel se resolvió de manera práctica en un tono suave de gris y con percheros pastilla de acrílico.
“Al toilette le faltaba algún detalle jugado, que llegó con el vinilo de maxiestampas botánicas, que se unen al verde celadón del techo”.
En el dormitorio del varón, para lograr un aire nórdico, la dueña de casa decapó la cama de wengué para emparejar el color de la madera con el escritorio y la biblioteca colgante de petiribí.
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