En casas reales, ejemplos clásicos y otros más disruptivos de semicubiertos construidos con madera natural, plástico u hormigón.
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Cuando pensamos en pérgolas, la que más rápido se nos viene a la cabeza es aquella exenta de la estructura de la casa, que se apoya en columnas a la vista y da lugar a una galería, como la que planteó la arquitecta Lourdes Yarade Saravia (Lys Arquitectura) en la remodelación que le encomendó su amiga, Catalina Ortiz de Falcao. Aquí, esta propuesta de hierro y varillas de madera llegó para reemplazar un antiguo refugio hecho con troncos de pino.
"Todo el núcleo del quincho se hizo con el sistema steel framing, que garantiza una obra rápida, sustentable y limpia, un aspecto que le interesó especialmente a la clienta, que había pasado por varias reformas"
Arq. Lourdes Yarade Saravia, de Lys Arquitectura
Adosada al volumen principal de la casa, la arquitecta mantuvo la pérgola de troncos preexistente. “Hoy, hago todas en hierro y chapa transparente, con cielo raso de madera o con imitaciones como el Siding Cedral (listones de fibrocemento), que no requieren mantenimiento”.
Menos trabajosas
Justamente para aquellos que prefieran olvidarse de la renovación de la madera, el WPC (compuesto de madera y plástico) también es una buena alternativa. El estudio MG Arquitectas lo eligió para un departamento en planta baja en Cañitas al que los dueños querían sumarle una suerte de quincho abierto.
“Frente a esto, propusimos una pérgola liviana de tubos estructurales (preparada para recibir un policarbonato a futuro, si se quisiera), generamos una nueva mesada con bacha oculta y revestimos la parrilla existente, todo en color negro, para que pasara lo más desapercibido posible”, cuenta Agustina Giambelucca, socia de la firma, y destaca que “todo se montó en menos de una semana”.
“El techo y el piso se resolvieron con listones de WPC del mismo tono y diferente sección, con la finalidad de conseguir una estética símil madera que no implicara tareas futuras de restauración”
En continuidad, pero con estructura independiente
En un terreno en Escobar, el estudio Mazzinghi-Sánchez Arquitectos fue por un diseño similar al de Lys Arquitectura, pero que funciona en continuidad con el resto de la casa, con acceso desde el family room.
"Pidieron que la parrilla y su mesa se pudieran usar sin importar el clima. La galería tiene un techo superior de policarbonato rígido para repararse de la lluvia, y en el interior un cielo raso de maderas de pino tratado para filtrar el sol y la temperatura en verano"
Jorge Mazzinghi, socio fundador de Mazzinghi-Sánchez Arquitectos
El recurso de colocar un plástico transparente sobre el varillado de madera no falla, en tanto deja entrar la luz de manera controlada y evita el paso de agua, protegiendo no solo el espacio sino la propia madera. Tip: si se opta por la chapa acanalada en vez de las placas de policarbonato lisas, una buena idea es hacer que las varillas coincidan con la canaleta, para evitar que se vean la tierra o las hojas acumuladas.
“Cuando la madera está protegida por un techo, se puede usar kiri, eucalipto o pino (este último, de mucha durabilidad y resistencia a la humedad). También funciona cualquier madera dura, tipo lapacho, incienso o curupay, pero suelen ser muy costosas, conviniendo reservarlas para casos en los que quedan completamente expuestas”
Extensiones de la losa
Si bien, por definición, las pérgolas se apoyan en columnas, una manera recurrente de reversionarlas es incluirlas en el proyecto inicial de la casa, como voladizos de las losas, para asegurar, desde el vamos, contar con una galería semicubierta. Tal es el caso de esta casa sostenible construida por AtelieM en San Isidro, seleccionada para recibir el premio de la última Bienal de Arquitectura de Buenos Aires.
"La casa se vincula todo el tiempo con el entorno y el cielo raso de madera lo enfatiza: te hace sentir debajo de la copa de un árbol"
Arq. Matías Mosquera, al frente de AtelierM y a cargo del proyecto
El eucalipto del cielo raso (que se extiende de adentro hacia afuera) se carbonizó in situ con la ancestral técnica japonesa shou sugi ban, que permite impermeabilizar la madera, protegerla del fuego y hacerla durar en el tiempo (asegura 80 años de vida útil). Tras el quemado –que además repele insectos–, el material se sella con una capa de aceite vegetal.
“En vez de reiterar una escena de living-comedor en la típica galería alargada, la ubicamos, dividida, en los laterales. Evitamos la redundancia y ganamos jardín”.
Otra alternativa también ciega, pero más liviana, rápida y –en general– económica, es la de recurrir al metal. En un desarrollo conjunto con Estudio Dayan y OGA Construcciones, Inés González Morero y sus colegas de OMH Arquitectos plantearon, para esta casa en Canning, un cielo raso negro “estrellado”, con pequeñas luces dimerizables, que empieza en la cocina y se prolonga hasta el jardín.
“Para cumplir con el programa de la reforma, hicimos una ampliación perimetral de acero y chapa que, si la hacíamos de hormigón, hubiese demandado mucho más tiempo y dinero”, explica la arquitecta Inés González Morero, de OMH Arquitectos.
Modelo híbrido
Con una propuesta híbrida, Lucas D’Adamo Baumann, Santiago J. Robin y Federico Segretin Sueyro, socios del estudio OON Architecture, diseñaron esta galería lista para ser aprovechada bajo cualquier circunstancia. En el sector con tirantes de madera, el sol se filtra para iluminar la hamaca y el camastro grande, mientras que, en la parte ciega, la sombra queda asegurada.
"La pérgola de la galería esta hecha con kiri, una madera muy recomendable por ser liviana y resistente. Además, es imputrescible y ecológica, ya que el árbol crece rápido. Para protegerla y conservarla, lo mejor es el aceite de lino con trementina."
Lucas D’Adamo Baumann, socio de OON Architecture
Pérgolas con doble función
Como la creatividad no tiene límites, ¿por qué no diseñar pérgolas que cumplan otra función, más allá de la de generar galerías? Inspirado en su marca de ropa preferida, GStar Raw, cuya filosofía se basa en mostrar “simplemente el producto”, y encantado con el estilo de loft industrial que descubrió cuando cursaba sus estudios en Australia, el interiorista Matías Hajnal quiso hacer de su casa familiar “un lugar abierto e integrado, que tuviera un aire a galpón”.
Aquí, construyó una pérgola lateral en la que cada costilla metálica que sale de la medianera se mete en la casa para soportar la cubierta. La “cúpula”, como la llama el dueño, además de servir de pérgola y proteger el pasillo exterior, tiene función estructural: sostiene la segunda planta, que fue construida en seco.
"La envolvente metálica no solo brinda seguridad, sino que suma volumen vacío y crea la ilusión óptica de que la casa tiene el doble de su tamaño real. Todo el que llega piensa que la obra es gigante."
Matías Hajnal, interiorista y dueño de casa
En el contrafrente, además, proyectó otra pérgola, con placas de policarbonato cristal y madera kiri (Pimar Maderas); la pintó de blanco para fusionarla con la estructura metálica y mantener la línea del resto de la casa
Arriba y abajo
Con un diseño también minucioso, los fundadores de Oficios Asociados (Esteban Rodríguez, Manuel Nesta y Santiago Vaca Guzmán), volcaron su expertise en herrería en las ventanas y la galería de un PH ubicado en Palermo. Atacando una de las principales falencias que tenía la casa, que era la falta de relación del interior con el exterior, el estudio Oficios Asociados proyectó un semicubierto en planta baja, que también hace de apéndice para la terraza del dormitorio principal.
"El semicubierto sirvió para armar un comedor exterior y para ampliar la terraza del dormitorio de arriba. Incorporamos, además, una escalera que conecta ambas partes y llenamos de plantas para que se enreden en la estructura metálica, que no lleva vidrio."
Arq. Esteban Rodríguez, cofundador de Oficios Asociados (OOAA)
Una vuelta de tuerca para un departamento
A continuación, una última idea para armar un semicubierto en un balcón, y poder sentirse como en una casa. Una estructura liviana por la que corra un toldo. “Siempre supe que el balcón-terraza no era para mirarlo desde adentro nomás, sino para habitarlo; es la joya del departamento”, nos adelanta Ana Ottone, del estudio Ottone-Victorica, previo a compartir cómo se las ingenió en el living exterior de este departamento en Palermo.
“Este balcón, medio selvático y con glicinas colgantes, nos aísla de la ciudad y nos permite olvidar el contexto del edificio. Para aprovecharlo al máximo, lo protegimos con toldos retraíbles, que son una suerte de cortina romana sunscreen, pero horizontales y dan movimiento orgánico al balcón”.
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