Del archivo de revista Living, les mostramos una obra con dimensiones, materiales y mentalidad de avanzada, la definición misma del codiciado concepto de ambientación “atemporal”.
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Un galpón con techo de chapa a dos aguas en un terreno de 160m2 fue el lienzo sobre el que la artista Diana Schufer hizo la que quizás sea su obra más grande, en sentido literal. Además, Diana es psicóloga, y en el momento en que la visitamos necesitaba un consultorio donde atender a sus pacientes, al margen de una casa-estudio donde vivir, desplegar su creatividad e intercambiar proyectos con colegas. “Durante años guardé la foto de un galpón reciclado que había recortado de una revista. Cuando llegué acá, rápidamente vi que podía convertirse en ese lugar blanco, amplio y abierto con el tanto había soñado”, nos contaba.
Diana convocó al estudio de arquitectura y construcción Box y al de interiorismo de Gaby Abentín y les comunicó sus aspiraciones: estéticamente, quería mantener la apariencia de galpón, pero también que fuera cálido, confortable y que tuviera mucha (pero mucha) luz; en lo funcional, un espacio con la cocina incorporada y el mentado consultorio. Entonces, se hizo una casa con un pasillo de acceso semicubierto que desemboca en un patio geométrico como extensión del galpón que contiene la vivienda-loft. “Conseguimos una casa simple, con una estructura limpia, sobria y contundente. Es exactamente lo que quería”.
Amplio, pero no inmenso
Con un planteo que recurrió a la síntesis constante, se jerarquizaron los espacios por sobre la arquitectura. Así, cada elemento funciona en el conjunto contribuyendo a la fluidez de un gran ambiente en el que no sobra nada. “No hay recovecos; todo se percibe amplio, pero no inmenso. Sin importar la ubicación; siempre estás en el centro de la casa porque nada interfiere”. Así describía Schufer la experiencia de vivir, crear y trabajar en su casa-galpón.
"Cuando recibo gente en invierno, la cocina es el punto de reunión por excelencia. Pero en verano me luzco en la parrilla, con asados de pescado y vegetales."
Diana Schufer, artista plástica, psicóloga y dueña de casa
Un orden natural
“Me resulta sumamente cómodo tener todo a la vista y al alcance de la mano, sobre todo porque soy muy ordenada y cada elemento tiene su lugar. Acá las cosas nunca se pierden, es fácil ubicarlas”. La pregunta (o la incredulidad) de siempre, tiene siempre la misma respuesta: los objetos a la vista se mantienen limpios si se eligen por tener un uso frecuente, y si el dueño es de personalidad metódica.
En riguroso gris, son de acero inoxidable la campana TST, el horno Ariston y la heladera norteamericana General Electric (¡del año 1967!) ¿Hace falta otra prueba de que es una apuesta duradera?
Sobre la pared lateral, se ubicaron la planera y el escritorio para que Diana pudiera trabajar tanto allí como en la mesada, y cerca del depósito donde guarda las herramientas que utiliza en sus instalaciones.
Dormitorio en el entrepiso
El dormitorio mantiene el concepto del resto de los ambientes: espacios integrados cuyas funciones son delimitadas virtualmente. El piso de madera (Dabros) y el panel que funciona como cabezal sumaron calidez en el área más íntima de la casa.
Plano detallado
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