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“Mi cumpleaños fue en plena cuarentena; no se podía ver a nadie y estaba medio triste. Cuando me preguntaron qué quería de regalo, les respondí: ‘Nada... no sé, una plantita’”, cuenta Marina Maiztegui, diseñadora de interiores, publicista y creadora de @soloparami, una usina de contenido deco y también una comunidad de más de 170 mil seguidores que se fue adaptando a las plataformas y a los tiempos, como ella, como su hogar.
Algo nuevo, algo viejo, algo heredado... El estilo de Marina Maiztegui incluye también un elemento discordante: “Es lo que le da el toque personal”, asegura la creadora de Solo para Mí.
“Proyectamos esta casa hace 15 años con la idea de que fuera muy amable y práctica para que los chicos la disfrutaran. Creo que lo logramos; es una casa bien vivida: acá festejamos cumpleaños, navidades, hicimos fiestas...”, repasa la dueña hoy, que estas mismas paredes están cambiando, pues los chicos crecieron y la dinámica puertas adentro se modifica. Bien lo sabe Marina, que aprovechó los últimos meses para reformar la cocina, los baños y reemplazar el piso de toda la planta baja.
El colorido resultado está a la vista, así como “la plantita” que eligió para celebrar ese cumpleaños sin festejo, una gigante que casi toca el techo de su living y que cuida con esmero para que ella también siga creciendo.
Permeable al cambio
Dos tips para tener así de vital esta gigante strelitzia: buena tierra y agua solo cuando la tierra está seca.
Hasta hace muy poco, el living verde era el comedor principal, que casi no se usaba como tal, ya que con chicos, todo pasaba en el playroom al lado de la cocina. Ahora tienen dos livings: uno más informal donde los chicos –ya adolescentes– se tiran a ver tele y a jugar a la play, y este, más social, que comparten con amigos y familia.
En un año de renovación, la sobriedad de los antiguos sillones mutó hacia estos modelos más modernos y confortables en amarillo y rosa. Los sillones redondos resuelven rincones con movimiento y son perfectos para sentarse a leer.
Lino, lino vintage, red de Basilea y terciopelo en la misma gama. ¿La regla de oro? Todo es apto lavarropas.
Cocina a nuevo
Cuando los chicos crecieron, el play de la cocina volvió a ser comedor diario. “Busco que se use todo porque creo que una casa feliz es la que se disfruta a full”, comparte Marina. La mesa está compuesta por un pie heredado de madera torneada y tapa de pinotea hecha a medida (Sur del Cruz). Sillones y sillas tapizados a rayas y en azul ‘Pantone 2020’ (ambos, Casa Almacén). Para elegir los tapizados, la dueña tomó los colores que más le gustaban del mural.
En la cocina, máxima funcionalidad: pocos elementos, mucha superficie de mesada, una pileta grande y espacio de guardado cómodo y accessible.
Aunque son más caros que las alacenas, invertir en cajones garantiza comodidad y orden.
Recientemente reformada por el arquitecto Franco Beverati, la cocina tiene un mueble bajomesada (Amoblamientos Reno) con tiradores vintage comprados en un viaje; revestimiento de azulejos tipo ‘Subway’ en blanco brillante sin bisel (Familia Bercomat) con pastina blanca. Piso y zócalos ‘Ecowood Puro’ (Ilva).
"Mis recuerdos preferidos de la infancia son con mi abuela, jugando a que cocinaba como las señoras de la tele; toda mi familia ama la cocina. La mayoría de la magia de mi casa sucede acá"
Marina Maiztegui
Abrazo onírico
Oníricos murales recorren la casa y se adueñan de los ambientes marcando el pulso del recorrido. “Cuando algo te gusta no te cansa”, dice Marina sobre este recurso que usa desde siempre con desenfado.
El arquitecto Franco Beverati, también a cargo de la remodelación del baño, diseñó la mampara de aluminio negra. Bachas ‘Qubic’ (Ferrum) y grifería ‘Vermont’ (FV). Grandes placas de porcelanato ‘Marble Lux Carrara’ (Ilva) revisten piso y paredes hasta el cielorraso para un efecto de amplitud.
Soñar con el mar
“Mis hijos eligieron el color de su cuarto y el estilo de sus muebles. Me gusta que tengan un punto de vista y que participen... pero si les preguntás a ellos, van a decir que siempre gana mi opinión”.
Días de galería
El piso y los muebles de color claro aportan una luminosidad que compensa los tonos terrosos de la pared y la piedra. El juego de living y el de comedor ‘José Ignacio’ son de guayubira maciza con terminación desgastada (Wood Market). Sobre la mesa, jarra con flores (Flores Porque Sí). Dos ventiladores ‘Casablanca’ de ratán (Desde Asia) ayudan a paliar el sol de la tarde y a extender las sobremesas veraniegas.
“Amo el color de mi casa, no me cansó en 15 años”, dice Marina con orgullo.
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