Con blanco, luz y muchas plantas, el departamento de dos ambientes de una joven pareja de profesionales
Una joven pareja nos abre las puertas de su depto en un edificio que es punto de encuentro entre las típicas viviendas colectivas que le dieron identidad a la ciudad y las nuevas formas de habitar.
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PARA LA NACIONArq. Eugenia Cides
Aunque vivía en Palermo Hollywood, Chacarita –que ahora le encanta– no estaba dentro del radar de Camila Francisco Mera. Eso hasta que, junto con su novio, Francisco Bichutte Harris, vieron este dúplex en el edificio La Vecindad. Ella es diseñadora gráfica, cofundadora y directora de Estudio Cosmos, dedicado al desarrollo de marcas con foco en emprendedores innovadores y emergentes; él es administrador de empresas. Se conocieron cuando Francisco se acercó a Cosmos como cliente y se instalaron en este departamento hace poco más de dos años.
El edificio La Vecindad los atrajo por la espacialidad, la materialidad y la luz, pero además porque sus recorridos por escaleras, espacios comunes y jardines no solo conectan los departamentos: también alientan el saludo diario, y eso se valora. Hija de arquitectos, Camila por supuesto apreció rápidamente el diseño y la calidad de la construcción.
Verde interior
Cuando vivía sola, Camila tuvo una vecina que la inició en el cuidado de las plantas. Con sus enseñanzas, mucho de intuición y el tiempo que les dedica, creó este vergel interior con ejemplares como el Ficus pandurata que llegó débil y hoy es escultural.
“Las plantas son protagonistas absolutas. Quisimos disfrutar la sensación de un pequeño oasis en la ciudad y nos encanta ver que hay muchas que aquí encontraron el lugar ideal para crecer”.
El contrapunto entre la calidez de los pisos de incienso y el hormigón visto fue el punto de partida para ambientar con los muebles que cada uno traía y que quedaron perfectamente amalgamados. “Con detalles en negro, amarillo y texturas naturales como el yute, acentuamos el contraste entre los materiales”, nos contaron.
Cocina abierta
“Buscamos especialmente que la cocina fuera integrada porque nos gusta cocinar y así podemos compartir ese momento cuando estamos solos o con amigos”. Otro aspecto del departamento que le gusta a la pareja es la iluminación, que destacaron con galponeras negras.
Un dormitorio sereno
“Intencionalmente el dormitorio es blanco y despojado. Estamos rodeados de estímulos todo el día y queremos que sea un verdadero lugar de descanso”, dice la pareja. Allí se llega bajando desde el sector social.
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