El estudio de arquitectura Mutar logró hilvanar los volúmenes construidos en un antiguo PH de Palermo para crear un hogar familiar alegre y vital.
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“Las ventanas y puertas de vidrio repartido con diseños y colores pertenecían a la casa anterior de los dueños. Hicimos un trabajo de restauración minucioso para que coincidieran con los vanos que abrimos”, nos explicaban las arquitectas Luciana Casoy, Lucila Ottolenghi y Natalia Kahanoff sobre una de las medidas más conspicuas que tomaron para convertir el taller de telares artesanales maria.a en la casa familiar de su artífice.
La edificación de comienzos de siglo XX se había ido transformando a lo largo del tiempo, pero aun así dejaba entrever muchos de los componentes originales que la habían cautivado desde un primer momento y que ella deseaba conservar. Cinco meses bastaron para que, en un proceso de diseño conjunto con el Estudio, se lograran coser 150 m2 de volúmenes aislados y refrescarlos con grandes vitrales.
Por avatares de los años, los ambientes sociales de este PH quedaron como parte de un local vecino. La caracteristica dupla de baño y cocina al fondo, bajo la escalera, se convirtió en una cocina con comedor diario, único ambiente “funcional” en planta baja, donde lo que se vive plenamente es su patio-jardín.
Planta alta con terraza bien aprovechada
De un lado, el balcón; del otro, el patio: el living-comedor en el primer piso tiene el lujo de luz, vista y óptima ventilación, muy distinto de lo que había originalmente. Había nada menos que una pared dividiendo el espacio a lo largo, que se eliminó como primera medida. Otros cambios incluyeron la restauración del el techo con maderas nuevas, la aplicación de microcemento en el piso y nuevas aberturas.
Las persianas blancas, que la dueña de casa encontró en una demolición en Navarro, se adaptaron como puertas para el toilette y una pequeña cocina auxiliar para mantener las fuentes calientes cuando se invita gente a comer.
Plano detallado de la planta alta
- El plano nos muestra, en primer término, el balcón a la calle.
- En seguida, el living-comedor dispuesto a lo ancho. Sobre la izquierda, tras las puertas, un toilette y una pequeña cocina auxiliar.
- En rojo, la terraza con nuevos pisos cerámicos y un recorrido de deck ofrece mucho espacio para estar al sol y tener plantas.
- Una galería semicubierta une el living comedor con el sector de los dormitorios. La terraza separa lo público y lo privado.
- Al fondo, los dos dormitorios tienen salida a una amplia circulación con piso de microcemento blanco.
- Entre los dormitorios, el baño que comparten, actualizado en lo funcional pero con espíritu de época.
Antes y después de la terraza
Los dormitorios, bien protegidos del ruido
Para cerrar los dos cuartos y darles intimidad de cara al pasillo utilizaron frentes de vidrio repartido restaurados. La maravilla de sus antiguos dibujos y colores tiene el realce que se merece contra las nuevas superficies blancas.
La vista desde el cuarto principal deja ver la maravilla de las puertas con vitral abiertas de par en par.
En el baño conservaron los calcáreos y respetaron la división original: en la primera parte, colocaron un lavamanos que los dueños traían de su casa anterior; en la segunda, una bañadera de loza que compraron en un mercado de antigüedades.
Esta habitación de tres niveles es compartida por dos hermanas. Para que cada una tenga su propio espacio, se realizó un entrepiso de madera que funciona como plataforma de encuentro. Desde ahí continúa el ascenso por una escalera vertical hacia el cuarto de la mayor, creado de cero con steel frame y revestido en el exterior con chapa trapezoidal gris grafito.
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