Ver la luna mientras se cocina y pasar el verano en un pastizal: una pareja disfruta de hábitos típicos de la vida en las afueras en plena ciudad. Mirá el plano detallado y las fotos del antes.
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Si se observa a Buenos Aires desde el aire, aparece una zona verde central poco conocida: es el llamado tercer pulmón de la ciudad, compuesto por las tierras que ocupan las facultades de Agronomía y Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires, un supermercado entre Chorroarín y Warnes, el Parque Isla La Paternal y el Hogar Garrigós.
Este conjunto iba a ser el Parque Central de la Ciudad de Buenos Aires o Parque del Oeste, iniciativa del intendente Torcuato de Alvear que se inauguró a principios del siglo XX pero que fue desmembrándose a medida que se fraccionaron los terrenos. El arquitecto Alejandro Yáñez Ayala (41) y su pareja, Marcelo Vitale (40), saben que la zona es una gema y aprovecharon la oportunidad de comprar un PH en el límite de Parque Chas con Paternal y Agronomía para armar su hogar.
Los cerramientos de hierro y vidrio que permiten la conexión con el exterior son también un guiño a las casas de las abuelas de Alejandro y Marcelo.
"La casa cuenta con detalles que la conectan no solo con el espíritu que buscábamos, sino también con la original, ya que se utilizaron, refuncionalizados, muchos de sus materiales."
Arq. Alejandro Yáñez Ayala, al frente de Maya Estudio y dueño de casa
La reforma, liderada por Maya Estudio, que Yáñez fundó junto con Agustín Marveggio, se centró en reivindicar la idiosincrasia italiana-española en la que se criaron los dueños: cálidos espacios de encuentro, materiales clásicos y presencia constante del afuera; a lo que sumaron notas de hierro que remiten al carácter industrial de la zona.
Muchos de los muebles son prototipos realizados por el taller de carpintería de Alejandro, Zonda Muebles; entre ellos, el sillón de dos cuerpos, el espejo romboidal, el mueble para los discos y la biblioteca.
Paso a la luz
Alejandro nació en Salta y se crio en Tierra del Fuego; Marcelo es de San Miguel. Se conocieron hace doce años y llevan cinco de casados. Cuando compraron este PH, lo mantuvieron en alquiler hasta juntar los fondos para reformarlo a su medida.
Cuando desarmaron el baño para moverlo de lugar, apareció un techo de bovedilla detrás del yeso y decidieron descubrirlo también en el ambiente principal.
“Una vez que conocimos la vida de PH, de tocar el suelo, fue difícil pensarnos en un departamento. El bajo perfil de la zona es lo que más nos atrajo: su calidad de barrio”.
Cocinar mirando la Luna
“Nuestros ambientes favoritos son la cocina vidriada, donde podés ver la Luna mientras lavás los platos, y la terraza, donde nos la pasamos de vacaciones entre el verde y la pileta”.
El nuevo segmento se techó con planchuelas de hierro y vidrio 4+4 laminado de seguridad.
Como un hilo conductor, en el piso del patio (que antes estaba techado) se repite el terrazo de la cocina, que también aparecerá en la azotea.
Plano detallado de la reforma
- Se derribaron divisiones entre el antiguo living, la cocina, un pasillo y el baño para generar un gran living-comedor con cocina integrada; se removió el yeso del techo para dejar expuestas las bovedillas originales. La cocina avanzó sobre el patio de entrada unos 65 cm, y esa franja se cubrió con un cerramiento transparente que suma luz y vistas.
- El baño se reubicó tomando una pequeña superficie del patio trasero y se hizo a nuevo. Con una estructura liviana, en la terraza se adicionó un escritorio con servicios de apoyo (heladera, alacena, baño). Sobre el techo del home office se generó una cubierta viva que no solo suma biodiversidad, sino que también ayuda a la climatización del escritorio.
- La reubicación del baño obligó a reforzar las estructuras y dio lugar al armado de una mini pileta de material en la terraza.
A la propia medida
En el dormitorio, mesita de luz (Caza Estudio), espejo heredado de una abuela, alfombra ‘Sierra’ (Elementos Argentinos), sillón amarillo (Marketplace Facebook, retapizado por Marcelo).
Abierto y luminoso, el baño combina elementos clásicos (los cerámicos de 15x15 y una trama calcárea en el piso) con otros contemporáneos, como el equipamiento de hierro negro.
Techo verde
Además de abrir los ambientes a la luz, al cielo cercano por la poca altura de las construcciones lindantes y al silencio del pulmón de manzana, se dieron el gusto de incorporar un espejo de agua en la terraza y honraron el verde circundante con una cubierta de pastizal que recibe a zorzales colorados, benteveos y chingolos. Un encuentro virtuoso entre pasado, presente, sitio y quehacer.
En el techo del escritorio se generó una cubierta viva. No solo atrae mariposas y aves, sino que además aísla el espacio de trabajo, que gracias a ella no requiere de climatización forzada
Este es el punto de encuentro predilecto desde que arrancan los primeros calores del año. El piso se revistió con las baldosas atérmicas típicas de los bordes de pileta, lo que contribuye con la aislación térmica de la planta baja.
El sector de la parrilla fue protegido del sol y la lluvia con una estructura de hierro y madera. Sillones y mesita (Tabureto).
“El PH es el último de cuatro, en el silencioso pulmón de manzana. El barrio es uno de los más arbolados y de menor altura de construcción en Buenos Aires, lo que permite otro tipo de contacto con la naturaleza”.
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