Sacando provecho de sus extensas visuales a la ciudad, dos jóvenes arquitectos reeditaron una propiedad para crear una planta alta y convertirla en el espacio de mayor uso
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Cuentan los arquitectos de Estudio Nodo que Damián, su cliente, estaba empecinado en conseguir una propiedad en Chacarita −donde las propuestas nocturnas no paran de multiplicarse− para que sus dos hijos adolescentes pudieran aprovechar la zona. Su búsqueda se reducía al cuadrado conformado por las calles Jorge Newbery, Charlone, Dorrego y Guevara, y fue dentro de ese perímetro exacto que encontró el PH que les mostramos en esta nota.
A la primera impresión, resultaba oscuro y apretado, pero los arquitectos Martín Gallino y Maximiliano Mineo lo transformaron en una casa llena de luz, con patio interno, balcón y terraza ajardinada. La construcción original tenía 72m2 cubiertos y otros 72 de terraza, que los socios proyectaron inmediatamente como un piso más, rodeado de canteros verdes. Allí suceden hoy todas las actividades compartidas: cocinar, leer o relajarse con vista a las plantas, reunirse alrededor del fuego, tomar sol. Nada menos.
Planta baja íntima
En la cota cero, en donde hay un poco menos de luz, los arquitectos decidieron ubicar los dormitorios y la sala de TV, dejando que todo lo social sucediera en el primer nivel, a la altura de la copa de los árboles.
Si bien la reforma fue profunda, cada decisión buscó conservar la esencia de esta tipología típica de la trama porteña. Por eso, mantuvieron la fachada, la puerta de madera y el piso calcáreo del hall de acceso, el patio central y las puertas interiores de cedro en buen estado. Además, eligieron materiales nobles y rústicos, como el mármol de Carrara y la pino tea de demolición, que −según los arquitectos− “responden al imaginario popular de un PH antiguo”.
“El microcine es un lugar para pasar tiempo en familia con mayor privacidad que en la planta alta, donde se suelen recibir invitados. La biblioteca pasante le aporta tanto luz natural como resguardo”
"Ubicar los dormitorios abajo y los espacios comunes arriba fue tan controvertido como acertado, porque cada vez que nos reuníamos con Damián terminábamos en la terraza, conversando entre las copas de los árboles"
Arqs. Martín Gallino y Maximiliano Mineo, de Estudio Nodo
La escalera principal y un espacio a media altura
Tras una cuidadosa elección material y operaciones puntuales que llevaron luz y verde a toda la obra, los arquitectos consiguieron que vivir en este PH urbano se asemejara a hacerlo en una casa de una zona más residencial. La escalera del patio central es un ejemplo de ello: al no tener alzadas y estar hecha de una estructura metálica delgada, deja que la luz de la claraboya se cuele en la planta baja. Debajo, las plantas crecen en un cantero de tierra.
“Como el esqueleto de la escalera es bien liviano, sentís que caminás sobre el verde”, aseguran los socios de Estudio Nodo.
La claraboya se pliega visualmente hacia la doble altura para transformarse en ventana –en este caso, de madera– y generar un recorte continuo del cielo
Algo típico de los PH porteños, el famoso cuartito que todos tienen en el nivel intermedio se convirtió en un baño que sorprende. “Con la puerta de acceso ‘perdida’ entre los tablones de pino tea recuperada, el baño es una suerte de habitación secreta dentro de la casa, y su ubicación lo hace funcional a ambas plantas”
Sector social en planta alta
Con la chimenea de hierro, el equipamiento de madera y las vistas libres de edificios, el Estudio buscó reconstruir la idea de refugio, de modo que el cliente pudiera sentirse como en su casa del campo
Las aberturas de madera se pliegan hacia ambas escaleras (la que accede a la terraza y la que llega del patio interno) moviéndose por una guía que balconea a la doble altura, y que la deja, por momentos, cerrada con vidrio
Elección material
“La paleta de materiales, nobles, también tiene que ver con la imagen típica de un PH porteño, donde prevalecían los pisos de granito, los mármoles tradicionales y las maderas rústicas”
“Valoramos muchísimo trabajar el mármol en placas, tal cual viene, y superponerlas hasta conformar la pieza final para, así, conservar la esencia del material”
Un balcón y una terraza con vistas a la arboleda
El piso de lapacho se extiende hacia afuera sin desnivel, favoreciendo la continuidad interior-exterior
Aprovechando el techo de losa existente, la reforma sumó un nivel más al PH, que únicamente funcionaba en planta baja. El hormigón se volvió a volcar para crear una terraza-jardín con vistas a la arboleda de Chacarita
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