Con guiños de época y funcionalidad actual, la arquitecta Elisa Bunge convirtió esta joya del Movimiento Moderno en el hogar familiar.
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“¡Pobre Mario Roberto!” le gritaban los vecinos de Martínez durante la reforma cuando la veían salir de la famosa Casa Podestá. Y ese fue sólo uno de los desafíos que enfrentó la arquitecta Elisa Bunge para convertir esta obra emblemática de Mario Roberto Álvarez en un hogar actual para ella y su familia.
"Es una responsabilidad grande intervenir una casa tan icónica. Preservé lo máximo posible: la escalera no se tocó; ni esa raja, tan de época, que despega el cielo raso de la pared"
Arq. Elisa Bunge, dueña de casa
Living ampliado hacia el jardín
“Es una casa con una distribución muy limpia y todo un ventanal corrido en planta baja, que para la época era súper avanzado, y me permitió ampliar hacia el jardín”, nos cuenta Elisa Bunge. Antes, los ventanales eran de madera y el hogar original, en voladizo con campana de cobre.
Las losetas de hormigón a la vista funcionan como un corte generacional, una línea de tiempo para diferenciar pasado y presente.
“Siempre me atrajo la arquitectura de los años 50. ¡Imaginate cuando entré y vi esta joya! Igual, fue difícil: para mis hijos solo entrar a una construcción muy viejita”.
“Los muebles, en su mayoría, son de nuestra casa anterior, porque me encanta adaptar. De algún modo, nuestras cosas se van transformando con nuestra vida”.
Otros tiempos, otro estilo de vida
Además del estado de las instalaciones, la funcionalidad del proyecto también daba testimonio del cambio profundo que el nuevo siglo trajo a las formas de habitar: la planta original tenía un lavadero y un garage inmensos, dos dependencias y un patio de servicio y prácticamente ninguna comodidad al aire libre.
Modernizada y ampliada, la cocina mantiene la misma distribución pero incorporó una salida al jardín que la inunda de sol.
Relaciones exteriores
“En 70 años la vida al aire libre ha cambiado mucho”, dice la dueña, quien se encontró con un jardín frondoso y amplio pero con un pintoresco solado de lajas cómo único espacio de estar.
Con referencias de los Eames y las casas californianas de la época, el exterior actualizó sus usos manteniendo la impronta Mid Century y aprovechando la añosa arboleda existente.
"Al principio queríamos preservar todo pero las instalaciones no estaban en condiciones y tampoco se adaptaban a los requerimientos de hoy."
Una suite siglo XXI
El paso del tiempo se compensa con creces cuando el diseño es bueno: la planta noble y la distribución limpia con el ventanal corrido del living permitieron ampliar y generar un balcón para abrir los dormitorios del primer piso hacia el jardín.
Además de arquitecta, Elisa es artista. Forma parte de la muestra Materia Animada Montaje 2 que puede visitarse hasta el 27 de febrero en la sala Imán de Fundación Cazadores (Villaroel 1438).
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