Un recorte en azul es suficiente para dar un golpe de efecto en cualquier ambiente. Del Francia al petróleo, su aporte va de lo contemporáneo a refinado. Te mostramos ejemplos de casas reales en las que se valieron del azul para sumar personalidad.
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Punto de encuentro
Cuando Victoria Diamore y Agustina Millefanti, socias de Dicha Studio, afrontaron la tarea de unir dos departamentos en un edificio antiguo para convertirlos en uno supieron que el éxito dependería en parte de su capacidad para equilibrar la identidad del edificio con líneas sintéticas y contemporáneas.
"Nos caracteriza el uso del color que, en este caso, utilizamos para crear un punto de encuentro entre lo clásico y lo moderno."
Victoria Diamore, socia de Dicha estudio
A lo largo de sus años de trabajo conjunto, Diamore y Millefanti hicieron del uso del color un sello de su estudio y una herramienta clave. Un ejemplo de esa búsqueda es la biblioteca, protagonista del living-comedor, que ofrece lugar de guardado, espacio para exhibir objetos y también contiene los radiadores.
A tono con el verde
En su casa en La Horqueta, el arquitecto Agustín Goldenhorn eligió como gran protagonista a la naturaleza, que se integra a los interiores de la mano de un gran cantero en el corazón de la planta abierta y en los ventanales corredizos. En el lenguaje de este espacio con temporáneo y abierto, en el que el hormigón, la madera y el follaje definen la paleta, irrumpe el azul, de la mano de un sillón modular diseñado por el dueño de casa.
Aunque en un tono distinto, la apuesta de Lulu, dueña de una editorial, que reformó junto a los arquitectos Florencia Ordóñez y Nik Wenzke su casa Saavedra, también se valió del azul como único elemento de color. En un gran ambiente dominado por una paleta neutra con mucha presencia del verde, el sofá de fieltro azul suma personalidad.
Carácter personal
En el PH del diseñador Andrés Baglivo, fundador de la marca de indumentaria Roberto Sánchez, el azul es un gran hilo conductor que recorre todos los ambientes. El mueble modular en el living, el sillón e incluso los revestimientos del baño tienen la misma tonalidad, una elección tan personal como acertada.
“La gente que viene siempre me pregunta si soy fanático del azul, ¡la verdad que no! Solamente me gustó y lo hice así”
En el hall de entrada, una escalera conduce a un nicho que funciona como sala de música. El espacio ubicado sobre el nivel estaba completamente desperdiciado y apareció detrás de un mueble mientras hacía la primera obra. “En ese espacio había un mueble que tapaba: cuando pedí que lo saquen surgió este lugar que estaba atrás. Diseñé la escalera y la mandé a hacer con un herrero y después le metí el style”, cuenta Baglivo. A tono con la paleta del living, paredes, cielorraso y alfombra se tiñeron de azul.
Según la luz
Para reformar este departamento de 1914 en el centro de Barcelona, el Estudio CaSA-en asociación con el Estudio Margherita Serboli- tuvo un particular comitente: el arquitecto italiano Andrea Serboli, uno de sus fundadores. Poco se mantuvo de la estructura original: el deterioro general del piso los invitó a barajar y dar de nuevo. Originalmente, el departamento estaba compartimentado en seis espacios. En fuerte contraste con el azul, las vigas pintadas de coral refuerzan estructuralmente la ausencia de esos muros y, metafóricamente, traen al presente su recuerdo.
“Pedí una serie de muestras de lacado de verdes y azules, y me quedé con la que mejor iba cambiando según la luz del día. En la mayoría de las fotos se aprecia como un azul ‘lapislázuli’, pero prometo que dependiendo de la hora también puede parecer ‘petróleo’”
“Había que vaciar lo roto, quitar divisiones anticuadas y poco prácticas, tener más luz. La gran caja azul que colocamos en el medio redefine y redistribuye de un modo más estético, funcional y arquitectónico”, explica Serboli sobre la estructura que le da soporte a la cocina.
Definir espacios
Cuando la arquitecta María Carballo compró su departamento en La Boca supo que el deterioro general era solo un detalle: había mucho espacio de mejora. Teniendo como base inestimable una buena iluminación y ventilación, unificó los 120m2 en una planta funcional para su dinámica cotidiana. “Como vivo sola, no necesito crear espacios privados. Me gusta que los ambientes estén integrados, con perspectivas largas desde todos lados. Además, desde el living, el recorte azul profundo de mi cuarto se lee casi como un cuadro”, asegura.
“Elegí el azul porque remite a una estética náutica ligada con los barcos de inmigrantes que llegaron a La Boca; además, el machimbre original del conventillo tenía un tono parecido. Por último, me resonó el nombre del código de color: ‘Refugio’”
Naútico
Los arquitectos Emil Humbert y Christophe Poyet tiene por costumbre dedicarse a lo exclusivo. Villa Odaya, residencia veraniega para una familia que vive en París, no es la excepción. Ubicada en Cannes, la casa y su diseño, plagado de azules, remiten a la época en que la ciudad alcanzó la cumbre de la elegancia art déco.
Pensado al milímetro, cada ambiente mantiene en su paleta al azul como protagonista. En una ambientación marcada por líneas rectas en superficies brillantes, las curvas aterciopeladas de los sillones del living invitan a contemplar el paisaje.
Para las paredes del baño principal se eligió ónix con vetas en colores tierra. El mueble de madera ranurada y laqueada retoma los colores de la recepción.
De autor
“Cómo fuimos armando nuestra casa está muy vinculado a La Feliz, porque el mobiliario que tenemos es el que pudimos ir generando”, reflexiona Patricio Lix Klett, que hace diez años que vive junto a Celeste Bernardini, su socia y pareja, en un dúplex que resultó de la unión de dos departamentos. Jóvenes referentes en el diseño local, para su comedor apostaron por una mesa de su estudio y unas sillas que tapizaron en un azul estridente.
Sin interrupciones, en la cocina continúa el particular verde del comedor como fondo del revestimiento de nogal. El azul de los tapizados se retoma en la isla central y en los muebles de la cocina.
Fina estampa
Agustina Scaglia es una diseñadora con un mundo y un lenguaje propios, y así lo demuestra el departamento en Plaza San Martín. Su firma, Guchi Scaglia Fashion Lab, provee soluciones creativas para el mercado de la moda latinoamericana, entre ellas, estampas verdaderamente únicas que han elegido, también, Christian Louboutin y BCBG Max Azria. De esa base parte su reforma y la apuesta por el interiorismo, en el que los colores se hacen presentes de la mano de textiles y obras de arte.
“Contrariamente a las tendencias más vanguardistas, elegimos el arte basados en la belleza y en la armonía de un todo: tramas sencillas, colores relacionados con la naturaleza y materiales nobles”.
Camuflada
Con la idea de dar una impronta teatral a una construcción de base industrial, la diseñadora de interiores Gaby Orlando apostó por un azul marino para las paredes y textiles pesados y oscuros que cayeran como telones. La pantalla pintada a tono es el detalle que hace la diferencia.
Durante el día, la pantalla se camufla con la pared a tono. Al caer el sol, la luz se proyecta sobre la base de hierro y hacia arriba, sumando teatralidad al ambiente.
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