A la calle o interiores, las puertas ofrecen una superficie más para expresar diseño y portar color.
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Color madera o blancas: los tonos más clásicos para una puertas de entrada y, también, las interiores y las del placard. Pero, ¿nunca los tentó la idea de pintarlas? Seleccionamos excelentes ejemplos de nuestro archivo para que vean cómo podrían quedar.
Acá se hizo algo
“Si hubiera un vecino cerca, para los postigos de las ventanas y puertas tendríamos que habernos ajustado al marrón, gris, bordó o negro permitidos. Considero este color un aporte de frescura y uno de los pocos modos de decir que acá se hizo una restauración”, nos decían los socios del estudio argentino Pondal-Malenchini sobre esta reforma llena de restricciones patrimoniales que hicieron en San Polo in Chianti, en la Toscana italiana. Si esta fachada les parece linda, no dejen de leer la nota completa acá.
Algo parecido pasó en esta antigua casa-quinta de Beccar, que tenía fachada de ladrillos pintados de blanco. Sus nuevos dueños alisaron la superficie, le aplicaron un tono coralino y, pensando en una combinación que los había enamorado durante un viaje a Francia, le aplicaron verde agua a las puertas y ventanas. Conclusión: hay cambio, pero la esencia no se perdió.
Sin intervenir toda la fachada, se nota un aire de renovación en este chalet de La Lucila, que hoy tiene una puerta roja en laqueado brillante. Más allá de los significados que le atribuyen al color el Feng Shui y la tradición china, por no hablar de su estilo londinense, hay algo que encanta. Miren si no, la diferencia con las puertas del garage.
Modernísima
Roja también, pero con un efecto muy distinto por todo lo que la rodea, así se pintó la gran puerta pivotante de esta casa en San Fernando. Sin dudas, impacta... hasta que la abrimos y nos recibe la sorpresa aun mayor de una escalera como de pirámide maya. ¿Quieren ver toda la casa? Hagan click acá.
Darse el gusto
En la casa de la artista visual Victoria Llorens, la fachada muestra listones blancos y postigos negros. Y una puerta azul. Un toque de gusto, porque no es un color que se repita en ninguna pared interior, anque sí en varios sillones y en sus propias obras. Vale la pena volver a darse una vuelta (click acá).
Acompañando una reforma profunda
La fachada de esta casa del barrio de Palermo cambió radicalmente. Ahora está revestida con tubos de hierro blanco que le dan identidad y es uno de los aspectos centrales de la reforma a cargo del arquitecto Joaquín Adot. Otros rasgos renovados: la puerta amarilla y el ventanal de 1,80m a mayor altura que el original que le asegura más luz e intimidad al living que da a la calle.
Los motivos
¿Por qué roja? Es lo primero que queremos saber sobre la cocina lineal y sencilla de la fotógrafa Céline Frers. “Mientras duró la construcción, vivimos con mi marido en lo que hoy es la casa de huéspedes. La había hecho él con sus propias manos antes de que yo viniera. Como tenía aberturas de hierro pintadas de rojo, trasladamos ese modelo a la casa principal para no hacer tanto ruido estético, y el color pasó naturalmente a los muebles de cocina”, nos explicó Céline cuando la fuimos a visitar a Salta el año pasado.
No todo es pintura
El arquitecto Javier Goldenberg, socio de Estudio Hermanos Goldenberg, encontró en esta casa todos lo que buscaba: de una sola planta y sobre un terreno de proporciones ideales para proyectar el fin de semana en familia. Como si fuera poco, tenía un atractivo aire ‘shingle style’ (basado en el uso de tejuelas y revestimientos de madera) que sabía cómo llevar a una nueva dimensión, pintada de negro. Como detalle extra: la puerta de vidrio verde martelinado.
Vidrio de color también, pero de estilo más clásico de PH. “Nunca pensé que me iba a darl el presupuesto para comprar una propiedad en Capital, así que buscaba por las afueras. Hasta que, un día, puse los ojos en La Boca y terminé enamorada de un departamento del siglo XIX, dentro de lo que alguna vez fue un conventillo”, recuerda la arquitecta María Carballo, que generosamente nos abrió las puertas de su casas para que hicéramos esta nota.
Ojo con los placares
Para el departamento que comparte con sus hijos, el DJ Chule Bernardo eligió varios azules y grises que aplicó de manera uniforme en distintos ambientes, cielo raso incluido en algunos. Acá nos gustaría llamar la atención sobre el efecto de aplicarlo con terminación brillante en las puertas de los placares algo que, creemos le da una elegancia singular al cuarto de los chicos.
Bien grande
Hablando de chicos, los padres de cuatro tomaron para sus dormitiorios conceptos de hotel y de club. Un diseño práctico y estándar que luego se personalizó con detalles; por ejemplo, sus iniciales en cada puerta.
Aquí estoy yo
“Los muebles de mi casa son sobrios, las paredes de tono neutro; los toques de color los agregamos por medio de detalles. La excepción es el toilette, que pintamos de un amarillo bien potente”, nos contaba la arquitecta Sol Galliano sobre la reforma que hizo en su primera casa, en conjunto con Lucía Rivolta.
Elegante, elegante
“El mayor desafío fue dar unidad y recuperar el estilo original: el living da al Palacio Estrugamou, lo que te da la sensación de estar en Francia”, nos contaba la arquitecta Victoria Alliger, de Estudio PARQ, sobre la reforma de este espléndido departamento que pueden volver a ver acá. Un acierto de entrada fue laquear de negro las puertas, algo que transmite elegancia y agrega modernidad.
Hablando de puertas negras, miren el aporte que hacen en esta cocina casi nueva, pero desangelada. Como no tenía ningún sentido renovarla, le dieron identidad a la caja blanca con la deco: un perchero, el tapizado de las banquetas, la lámpara con interior cobrizo. Y las famosas puertas.
Serio, solo en apariencia
“El verde es uno de mis colores preferidos porque remite a lo natural y a la vida; tiene carácter y brillo propio. Al pertenecer al mundo del teatro, tiendo a inclinarme por paletas que generen estímulos”, nos contaba la diseñadora gráfica, artista, escenógrafa, curadora Marcella Rela sobre la reforma de su PH.
Ninguno igual
El artista plástico Lucas Risé se formó como diseñador gráfico y pinta desde hace 30 con un estilo perfeccionista del que se enorgullece, pero que de a poco va soltando. Acá vemos la casa familiar en Villa Gesell, que sus padres le permitieron intervenir con mucho gusto. Con el tiempo, terminó convirtiéndose también en el centro cultural “El Ojo y el Diamante”, un espacio/hogar de puertas abiertas que les cambió la vida y del que todos participan.
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