Algunas aves necesitan un hábitat específico para reproducirse, pero otras viven en áreas urbanas y utilizan nuestros jardines, e incluso los aleros de las casas, para anidar. Te contamos cómo son los nidos del hornero, el carpintero o el picaflor para que puedas reconocerlos.
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Las aves necesitan agua y alimento, pero además requieren un sitio donde refugiarse y hacer sus nidos para sobrevivir ¡Son verdaderas artesanas haciendo sus nidos!
La construcción del nido se realiza durante la etapa de cortejo y apareamiento, sirve de refugio en la época de anidación y en los primeros días y semanas de vida de los pichones, también marcará el territorio a proteger.
Para armarlos, usan distintos materiales y técnicas, que dan una gran variedad de formas.
Utilizan: hojas, juncos, pelos, paja, líquenes, huecos en árboles, barrancas, o simplemente una depresión en el suelo.
Los nidos pueden ser abiertos o cerrados, en forma de tacita, esféricos, semiesféricos o simplemente un montón de ramitas
Cada especie hace un nido distinto, que también se diferencian según el tipo de entradas: algunos la realizan en la parte superior, otros hacen un túnel antes de la cámara de incubación. Algunos nidos son colgados de ramas, otros apoyados en horquetas o simplemente en el suelo.
Hay especies que hacen cavidades en los árboles para sus nidos, como los carpinteros; otros usan como soporte estructuras construidas por el ser humano como aleros, faroles, etc. y algunos anidan en cavidades naturales.
El hornero
(Furnarius rufus)
El hornero, nuestra Ave Nacional recibe el apodo de “albañil”: construye su casa con barro, paja y raíces, y le da forma de hornito. En pocas semanas realiza un diseño fuerte y sólido.
El picaflor común
(Chlorostilbon lucidus)
Hace un nido muy chiquito, en forma de copa, colgado de una ramita de un árbol o algún cable, a mediana o baja altura.
El picaflor usa fibras vegetales, hojas, trozos de corteza que une con telarañas; por fuera pone líquenes y ramitas para camuflarlo.
La ratona común
(Troglodytes aedon)
Hace sus nidos en los lugares más insólitos: caños, bomba de agua, nidos abandonados de otras aves, cajas nidos, cercos, enredaderas, chimeneas.
Coloca palitos, hilos, plumitas, en forma de taza y podemos encontrarlo en distintas alturas.
Para estar atentos: no todas las especies hacen un gran esfuerzo para reproducirse; siempre hay excepciones. El tordo renegrido aprovecha el descuido de sus vecinos y coloca sus huevos en nido ajeno, despreocupándose así de la incubación y el cuidado de sus pichones. Parasita a calandrias, zorzales, chingolos, horneros, entre otros.
Si descubrimos las aves que viven a nuestro alrededor y observamos su comportamiento, no podremos dejar de admirar y respetar el trabajo que realizan: idas y vueltas con material acarreado con su pico y colocado minuciosamente, como piezas de un rompecabezas.
Luego viene la puesta de huevos, la incubación y el desafío de proteger a los pichones de los depredadores, alimentarlos, limpiar el nido y por último: enseñarles a volar.
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