La casa vivero ofrece desde hoy saborear un rico café realizado artesanalmente y también podés llevarte una planta de café para sumar a tu jardín
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En 2020 los hermanos Leonardo, Guillermo y Daniel Ridolfi decidieron abrir las puertas de su casa al público para la difusión y venta de plantas. Así, nació La casa vivero en una centenaria casa chorizo del barrio Villa Ortúzar, construida por su bisabuelo italiano en 1922. Su padre nació allí y en los años 60 montó un invernáculo donde reproducía orquídeas de colección.
En uno de los canteros principales de La casa vivero, limando distancias entre fantasía y realidad, una planta de Coffea arabica (café) de 8 metros de altura se impone por sobre todas las creencias.
“El ejemplar fue sembrado por nuestro padre entre los años 94 y 95 a partir de semillas que su amigo y productor de orquídeas ecuatoriano Benigno Malo le trajo de El Salvador. Cada año se celebraba la exposición de orquídeas en el Buenos Aires Garden Club. Allí nuestro padre presentaba sus plantas y, en ocasiones, Benigno se hacía presente. Luego solía hospedarse en nuestra casa unos días, y tomaba café, mucho café. Es así, que, sintiéndose un poco en deuda, le comentó a nuestro padre que en poquito tiempo debía realizar un viaje por trabajo a El Salvador, y que aprovecharía para visitar algunas fincas de café, y traerle un par de kilos de la molienda como obsequio. Nuestro padre rechazó la oferta y lo interpeló: Si quieres pagar la deuda, tráeme un puñado de semillas frescas, con eso estarás saldado. Así surgió”, cuentan los hermanos Ridolfi.
Guillermo, el mayor, se ocupa de la difusión del espacio, fotografía y compras; Daniel, de la producción del vivero y de la parte más botánica del proyecto; Leonardo se especializó y hoy es barista.
Actualmente, los hermanos Ridolfi pasaron de tostar a nivel familiar a ofrecer el café de especialidad en su casa vivero.
La novedad
Este año 2023 hay una gran novedad: el16 de diciembre se hará la apertura de un café de especialidad dentro de la casa, extendido al patio central, donde se podrá tomar un café bajo plantas de Coffea arabica. También realizarán talleres en donde cada año, cuando en el mes de noviembre comienza la cosecha de los granos, realizarán capacitaciones para poder conocer más sobre esta rareza porteña. En el vivero se pueden adquirir plantas de café de diferentes tamaños para poder probar suerte en tu jardín.
El proceso
El café desarrolla frutos denominados “bayas” que se disponen en racimos más o menos compactos y comprende un periodo de maduración de entre 45 y 48 semanas, dependiendo de las variables climáticas de cada región. “En nuestro espacio, ubicado en la ciudad de Buenos Aires, hemisferio sur del continente americano, el cafeto florece en diciembre y para noviembre del año siguiente tendremos la cosecha”, cuenta Leonardo. Dentro de cada fruto se obtienen por lo general dos semillas (en algunos casos tres) que utilizan en parte para la siembra y producción de nuevas plantas y, otra cantidad, las procesan para el tueste y elaboración de la cotidiana y emblemática bebida.
“Todo lo relacionado con el café lo hacemos de manera artesanal, sin uso de maquinarias ni agrotóxicos, del mismo modo que se trabaja en las huertas familiares”.
El primer paso es la cosecha. Las drupas van madurando de manera secuencial y se realiza la recolección en diversas jornadas, retirando las “cerezas rojas y un poquito pasaditas, moradas”. Entre seis y ocho horas después de la cosecha se despulpa. A tal efecto se presiona suavemente sobre el extremo inferior del fruto, opuesto al punto de desprendimiento del peciolo o rabillo, y se obtienen las semillas. “A la piel y la pulpa la convertiremos en un excelentísimo abono orgánico, muy rico en potasio y otros nutrientes que beneficiarán los cultivos de nuestra huerta”.
La casa vivero: Donado 1654, CABA. @lacasa.vivero