Rodeados de medianeras altas que proyectan sombra, espacios internos con escaso sol o rincones en superficies pequeñas: te mostramos los desafíos que presentaban estos ambientes y las ideas que los potenciaron.
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Entre medianeras
Este patio urbano está rodeado de altas medianeras, con una pileta que ocupa el 60% de la superficie. Sombra y poco espacio fueron las limitaciones que se debieron sortear para resolver las necesidades de sus habitantes.
Para no ocupar espacio, sobre el lateral izquierdo contiguo al solárium, la medianera fue intervenida con un mural que dialoga con los chapones azules de la iluminación. El solárium fue interrumpido con tiras de césped de 14 cm para alivianarlo visualmente. En el muro azul se destacan rosas chinas rojas, que funcionan muy bien en la media sombra. El mural se continuó sobre esa pared, repitiendo los tonos del agua de la pileta.
El objetivo fue interrelacionar y cruzar los colores entre los tres planos verticales para “coser” la propuesta y lograr equilibrarla.
Otra de las medianeras fue cubierta con ampelopsis y jazmines de leche. El recurso del espejo fue usado para agrandar el espacio, que, refleja parte del mural y la iluminación de noche. Debajo de los bancos de cemento, Ophiopogon japonicus cubren la superficie y, por detrás, helechos pteris y azaleas rojas funcionan como respaldo.
Paisajismo: Eugenia Anaya.
Un patio interno
Perteneciente a un consultorio ubicado en pleno centro de la ciudad, el ambiente presenta características a favor y en contra: no recibe sol excepto al mediodía, pero aporta luz y oxígeno. Sobre la pared lateral se ubicaron las altísimas macetas con Heliconia rostrata, para no interrumpir las visuales que se necesitaba dejar liberadas. Durante el invierno, las hojas de gruesa textura proporcionan un aire tropical al espacio y la explosión de las flores entrada la primavera aporta color. Las macetas son de retazos de chapas oxidadas y recuperadas, diseñadas por Dolores Aguiar Argonz.
Paisajismo: Cecilia Baldovino.
Patio de bienvenida
Este pequeño patio es un lugar de recibimiento, cubierto con perfumes en primavera por la presencia de los jazmines de leche (Trachelospermum jasminoides) y los tonos vibrantes del Rhus succedanea en otoño. Este árbol fue tomado como eje del pequeño espacio y se rodeó con un banco en ele y un espejo rectangular por detrás, flanqueado por un grupo de palmeras Raphis excelsa, que proporciona una sensación de profundidad al espacio.
Paisajismo: Eugenia Anaya
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