Una sopa original para animarse al fruto de la temporada, de sabor sutil entre dulce y ácido.
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Después de los días de verano, cuando los vegetales tuvieron que mostrar su fuerza frente a un clima cada vez más extremo, llegan los días de quietud y frescura, de producir menos y prepararse para el invierno.
En las verdulerías y en las huertas, el otoño trae un cambio de colores y deja atrás tanto verde y colorido para dar paso a los rojos y amarillos en todas sus gamas. En esta época hay un fruto que tiene un paso fugaz: el membrillo.
Es ideal para aprovechar todas sus partes, sus bajas calorías, su sabor intacto, salvaje y natural.
El membrillo como fruto no es tan popular como otras frutas, debido a que hay que cocinarlo, ya que crudo no es tan rico ni tan fácil, pero cocido es una delicia y aporta importantes nutrientes.
El fruto, al natural, contiene pocos azúcares y calorías, pero además es rico en fibra y taninos que colaboran con el proceso de la digestión
Sopa de membrillos
Esta receta de Laura Di Cola es una excusa original para acercarse a este fruto otoñal que tiene notas sutiles dulces y ácidas a la vez.
Ingredientes:
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 2 puerros
- 1 zanahoria
- Unas gotas de limón
- 3 membrillos cortados en 8 con la piel (o 300 g de puré de membrillos)
- 1 cucharadita de sal
- 1½ litro de caldo de vegetales o agua
- 1 cucharadita de miel
- Licor de miel o coñac
- Polvo de hojas de membrillo y aceite de oliva crudo, para servir
Preparación:
Cortar los puerros en rodajas de 1 cm de grosor (solo la parte blanca, reservar las hojas para otra preparación).
Lavar la zanahoria y, sin pelar, cortarla de la misma manera.
Calentar una olla a fuego medio, una vez caliente, agregar el aceite, los puerros, la zanahoria y los membrillos cortados, junto con la sal. Cocinar durante 6 a 8 minutos hasta que estén levemente dorados, agregar la miel y el licor de miel o coñac, cocinar medio minuto mientras se evapora el alcohol y cubrir con el caldo o el agua.
Cocinar por 10 o 15 minutos. Una vez que los vegetales estén tiernos, procesar, terminar con unas gotas de jugo de limón. Para servir, cubrir con polvo de hojas de membrillo.
Para preparar el polvo de hojas de membrillo, se coloca una olla a fuego pluma y una vez caliente, se van colocando en la base hojas de membrillo. Dar vuelta cada un minuto hasta que estén crujientes y secas. Una vez secas y frías, procesar o moler hasta obtener un fino polvo.
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