María Luján Santarelli, Presidenta de la Asociación Argentina de Rosicultura, nos cuenta cuáles son las más apreciadas por su aroma y abre un debate: ¿las modernas tienen menos fragancia que las antiguas?
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¿Quién no asocia el perfume de una planta o flor con los jardines de la infancia? ¿A quién no le recuerda un aroma especial a la persona amada? Antiguas o modernas, la mayoría nos deleita con su fragancia y nos transporta hasta el recuerdo y el placer infinito.
Tratándose de las rosas, ya sea por sus pétalos, por sus estambres o por su follaje, ellas emanan distintas fragancias que maravillan a quienes las cultivan y a quienes se acercan a olerlas. Por ejemplo, resulta embriagador el perfume en las hojas de las rosas antiguas eglanterias mojadas por la lluvia en una tarde de verano, o cuando se frota el follaje de las rosas antiguas musgosas.
"Hay opiniones encontradas sobre el aroma de las rosas, algunos sostienen que las modernas no tienen la fragancia de las antiguas. Sin embargo, se ha comprobado que tanto en ambos casos, sólo alrededor de un tercio de ellas no poseen perfume."
María Luján Santarelli
Un obtentor busca el perfume de su rosa para que sea perfecta, puesto que sabe que ella va a formar parte de las soberanas que reinan indiscutiblemente en un jardín.
Hoy, los cultivadores toman la calidad de la fragancia como esencial, ya que es uno de los motivos buscados para adquirirla.
La calidad de un perfume queda en el terreno de lo subjetivo, las opiniones personales pueden ser contradictorias. Las personas privadas de la vista, por ejemplo, tienen desarrollado un olfato excepcional, por lo que son muy solicitadas para juzgar el aroma de los perfumes de las rosas. Algunas, tienen tan desarrollado este talento que son capaces de reconocer inmediatamente ciertas variedades.
Las rosas antiguas
Se dice que el perfume conforma la otra mitad de la belleza de una rosa. Ellas, de acuerdo con sus ancestros, van atesorando muy diversos aromas que deleitan el olfato de una persona.
La llamada “fragancia a rosa antigua” es posiblemente la más apreciada. La brindan, entre otras, las antiguas rosas Gallicas, las Damascenas y Centifolias, las rosas ‘Portland’, ‘Bourbon’, ‘Alba’ y algunas Híbridas Perpetuas y Rugosas.
- Rosas Bourbon: aparecieron en las islas Bourbon, hoy islas de La Reunión, como resultado de una hibridación espontánea de dos rosas Antiguas: una Damascena y una China, que los granjeros solían plantar como cercos. Son perfumadas y reflorescentes.
- Rosas rugosas: originarias de China, Japón y Corea, son muy cultivadas en Rusia. Fueron llevadas a Europa recién a fines del siglo XVIII.
- Rosas antiguas Noisettes: obtenidas a principios del 1800 por John Champney en Charleston, Carolina del Sur, EE.UU. Se obtuvieron a partir de la cruza de una rosa china reflorescente con la Rosa moscata. Surgió así esta clase de rosas maravillosas, fuertes, trepadoras, con perfume y que repiten siempre su floración. De aromas que remiten a frutas y especies. Muy reflorescentes y vigorosas.
- Rosas Portland: fue la primera familia en Europa en que la rosa china tuvo protagonismo, más allá de su virtud de reflorecer. Tuvo popularidad que fue tapada muy pronto por las rosas Bourbon. Son tremendamente perfumadas y reflorescentes.
- Rosas antiguas rosas té: su perfume remite a los aromas de los numerosos tés de la China, que además los mezclan con flores y logran sabores diferentes. Son muy generosas y repiten su floración.
- Damascena: descienden de la Rosa Gallica, muy cultivada en la región de Persia en la antigüedad.
- Rosas Gallicas: especie nativa del sur y centro de Europa, cultivada desde la antigüedad por los griegos y romanos. Se puede decir que son las “madres” de las otras rosas antiguas y que de ellas descienden, de una u otra forma, gran cantidad de las rosas de los jardines de hoy. No reflorecen.
Ciclo de las rosas modernas
Fue 1867 el año que marcó el inicio del ciclo de la era moderna de la rosa. Las Híbridas de Té se lograron a partir de la cruza de una Híbrida Perpetua y una Rosa Té. Se designó a ‘La France’ de J. B. Guillot como la primera Híbrida de Té. Es muy reflorescente, perfumada y se comporta a veces como trepadora.
- Elle. Aroma que da enorme placer. Tremendamente florífera.
- Just Joey. De fuerte perfume.
- Papa Meilland. Muy perfumada, de aroma que embriaga.
- Abraham Darby
- Lichfield Angel
- Gertrude Jeckyll
- Rosas inglesas de David Austin: Es la creación maestra del inglés David Austin, que cruzó la belleza de las rosas antiguas con la fortaleza y la reflorescencia de las modernas. Le llevó 20 años de experimentación hasta que lo logró. Con alguna excepción, son todas reflorescentes.
¿Cuándo sentir su fragancia?
Las condiciones climáticas y el grado de humedad en el aire pueden modificar los perfumes de las rosas; éstos se convierten en imperceptibles en días muy fríos. Las rosas dobles, que poseen gran cantidad de pétalos, brindan más fragancias porque tienen más superficie para exudar.
A la mañana temprano, cuando el sol secó las flores, pero todavía no calentó la atmósfera, es cuando los perfumes emanan con todas sus cualidades.
Usos y propiedades
La rosa ha sido usada desde hace cientos de años como fuente productora de perfumes. Se le han atribuído toda clase de propiedades, incluso medicinales.
El “agua de rosas” era una loción que se utilizaba contra el desmayo, el temblor y las convulsiones porque levantaba el espíritu y el corazón.
Los pétalos de rosas hervidos en vino blanco eran utilizados para curar heridas de armas de fuego. Pero, sin ninguna duda, lo que más se valorizaba de la rosa era su perfume, para atenuar los malos olores especialmente en aquellos espacios que albergaban mucha gente, como las iglesias y los palacios.
En tiempo de las Cruzadas, los musulmanes echaban miles de litros de agua de rosas en las mezquitas que recuperaban. No se sabe con certeza quiénes fueron los primeros en destilar esta agua tan preciada, sin embargo se le atribuye a los árabes.
El proceso ya se conocía en España alrededor de novecientos años después de Cristo. Y hoy sigue siendo un aroma muy buscado por perfumistas, cultivadores y todo aquel que habita un jardín de flores.
El attar de rosas
Desde el siglo IX se sabía que los árabes destilaban el attar de rosas. A ellos se les atribuye el origen de la técnica que quedó documentada recién por primera vez en la India, en el siglo XVII.
Los franceses, en cambio, tan famosos por su industria del perfume, no adoptaron esta técnica hasta principios del siglo XVIII. Es un método, llamado “enfloramiento” o “cohobación”, que consiste en macerar enorme cantidad de pétalos de rosa Damascena ‘Kanzanlick’ o de rosa Centifolia o de rosa Gallica, sumergiéndolos en aceite caliente o impregnando con ellos grasa animal purificada.
Estas tres rosas que se utilizan dan el attar con variaciones de fragancias. El producto que se obtiene es sólido, un ungüento que se emplea con fines medicinales y cosméticos. Si se lo acerca a una fuente de calor se convertirá fácilmente en líquido con extracto de fragancia altamente concentrada.
Es esencial en la perfumería de alto nivel. Se le atribuye a Bulgaria la producción del mejor “attar de rosas” desde los tiempos en que fue invadida por los otomanos en el siglo XVII.
Hoy, la gran industria, además de Bulgaria, la desarrollan Arabia Saudita, Rusia, Francia (en la región de Grasse) y Marruecos.
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