Una rosa débil difícilmente sobrevive al invierno. En esta nota, paso a paso para cuidar tus rosas y tenerlas espléndidas en la primavera.
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Durante los meses más fríos del año, las rosas se sumen en una especie de hibernación durante la cual su crecimiento se detiene para soportar las bajas temperaturas. Es una época para preparar una serie de cuidados para protegerlas y fortalecerlas. La rosa es una planta leñosa que, a pesar de ser rústica y resistente al frío, necesita ciertas atenciones para que con la llegada de la primavera podamos disfrutar de la planta sana. O, lo que es lo mismo, ver florecer a la maravilla del jardín.
Riego
Durante el invierno, lo ideal es apagar por completo los sistemas de riego (y ya que estamos, valorar lugares desperdiciados para nuevas siembras). El agua de lluvia será más que suficiente para las rosas. Si están plantadas en maceta entonces sí regar, pero en pequeñas dosis.
¿Abonos?
En esta época es aconsejable interrumpir la administración de cualquier abono químico a las rosas. Esto se debe a que, al entrar en reposo, esta administración no podrá ser absorbida por la planta y su unión con el frío puede resultar más bien perjudicial para las raíces (que pueden quemarse).
Proteger del frío
Especialmente si se trata de un rosal joven que plantamos en la primavera, protegerlas del frío es aconsejable. Para esto, lo ideal es airear y realizar un acolchado sobre la base del arbusto. Puede ser con mulch, compost o paja, para mantener la temperatura de las raíces aisladas de la bajada de temperatura exterior. Todas estas, al ser orgánicas, se convertirán a mediano plazo en una fuente de nutrientes cuando la planta comience a activarse (durante las últimas semanas del invierno). A diferencia del abono químico, este fertilizante natural sí será bien recibido por la planta.
Podar
Podar los rosales es la tarea más importante durante el invierno. En caso de tener muchas plantas, hacer una poda escalonada -de mediados de junio a fines de julio- para tener un leve escalonamiento en el arranque de la primavera. La mayoría de los rosales, como Híbridas de Té, Floriundas y Grandifloras, requieren una poda anual, ya que de esta manera mejorarán su floración y se mantendrán sanas. Entre las pocas excepciones que no requieren de poda se encuentran las Antiguas y Silvestres.
Reproducción
Se pueden obtener nuevas plantas a partir de la poda. Es importante que la planta esté sana. El gajo debe medir 20 cm de largo y tener 5 yemas, de las cuales 2 quedarán bajo tierra. Pueden plantarse directamente en la tierra, pero al reparo del sol.
Pulverizar
Las rosas son propensas a plagas, como arañuela roja y parda, abeja cortadora, pulgón y hormiga. También a enfermedades como la manchaa negra, oídio y fumagina y roya. Una solución bastante integral es el uso del alcohol de ajo, que actúa como insecticida, repelente y fungicida.
Alcohol de ajo
¿Cómo prepararlo? Procesar una cabeza de ajo con 1/2 litro de alcohol y 1/2 litro de agua. Colar y dejar en una botella con indicación “no beber”. Pulverizar las rosas y el suelo una vez por semana o dos, durante 15 días.
Buena compañía: Rosas + herbáceas perennes (Salvia procurrens). Rosas + gramíneas (Pennisetum setaceum ‘Rubrum’). Rosas + pastos (Ophipogon japonicus). Rosas + abustos (Buxus semipervirens).