Tres proyectos dedicados especialmente a las especies originarias de nuestro país, con el objetivo de difundir sus virtudes, además de su belleza. Bien diferentes entre sí, pero con algo en común: ser un aporte para la restitución de la biodiversidad y de los paisajes naturales.
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Havispa. Su nombre proviene de Huerta Agroecológica y Vivero de Integración Social del Parque Arenaza. Se trata de un proyecto colaborativo que nació desde la Unión de Trabajadores de la Economía Popular, puntualmente desde el Movimiento de Trabajadores Excluidos, apoyado por las asociaciones civiles Germinar y Un Árbol ONG.
El vivero comenzó en 2018 y tiene un triple impacto: social, económico y productivo. Funciona en Zona Norte, en el Parque Arenaza, dentro del marco de la UTEP, que reúne polos productivos de trabajadores de la construcción, de trabajadores rurales y un programa de rehabilitación de adicciones.
Entre los trabajadores rurales funciona una huerta agroecológica (donde se cultivan verduras para autoconsumo y para venta) y el vivero.
El desafío es ser el primer vivero biodinámico de nativas de Zona Norte, con gran diversidad y escala
Entre las ONG involucradas les brindaron asesoramiento en una primera instancia, en el proceso de formación, proveyendo semillas, conocimiento técnico y guiándolos en sus primeros pasos. También ayudan en la comercialización de las plantas en distintos proyectos. Hoy la Cooperativa está conformada por siete personas.
Las nativas, rápidamente, se adueñaron del proyecto, no fue una decisión. Así, producen árboles, arbustos, herbáceas y trepadoras (en un primer momento, aquellas fáciles de conseguir y de reproducir).
Hay gran variedad de especies, no todas de esta ecorregión.
La idea es seguir con plantas medicinales y frutales. Casi todas se reproducen de semilla y algunas de esquejes. Se realizan salidasde cosecha para recolectar las semillas de reservas.
Mediante Arbolar (una página que geolocaliza las nativas), se buscan plantas madre. “El mejor banco de semillas es el que está de pie, nada supera su poder germinativo”, nos cuenta Julio Guiguez, integrante de la cooperativa. También se fueron plantando en el predio plantas madre para ir teniendo un banco in situ.
• Ubicación: Gorriti 1069, San Isidro (dentro del Parque Arenaza)
• Horarios: lunes, miércoles, viernes y sábados de 9 a 12.30
• IG: @havispa
Enraizando nativas. Ariel Morales y Mercedes Bo comenzaron con su jardín de nativas y, como además se dedicaban a la educación ambiental, empezaron a producir las plantas que acompañaban sus acciones de educación.
Casi sin darse cuenta, tenían un vivero de nativas. “Esa magia que producen estas plantas es lo que nos llevó a especializarnos en su producción y así motivar a que otros también puedan disfrutar de ver una oruga alimentándose de sus hojas o descubrir un nuevo visitante alado en su jardín”, cuentan los dueños de Enraizando.
Hoy tienen más de 200 especies distintas y afortunadamente la demanda es más alta que su producción año tras año. Esto los hizo trabajar en red con otros productores de nativas, de manera agroecológica.
Su jardín se convirtió en la fuente de semillas y esquejes. Cuando salen a buscar, cosechan solo en pequeñas cantidades, para dejar que también las semillas hagan sus procesos en el ambiente: “Lo que está en peligro de extinción es nuestro paisaje originario y de algún modo ayudamos a hacer las plantas que pueden restaurarlo. Así buscamos poner a disposición especies que no se lograban conseguir en los viveros tradicionales”.
Un jardín de nativas es uno donde suceden cosas todo el tiempo y siempre aparece un nuevo visitante que puede sorprenderte. Eso no pasa con las exóticas
Como la educación ambiental es uno de sus ejes, siempre tratan de mostrar a sus clientes las oportunidades que brindan las nativas: “Los resultados son gratificantes: los clientes se maravillan muchas veces de los ciclos de las mariposas, o de que hay aves nuevas en sus jardines, y en eso ya vamos realizando un gran aporte”.
Su desafío es divulgar y reproducir más especies, de todos los ambientes de Buenos Aires, para contagiar a paisajistas y particulares a que introduzcan nativas en sus jardines y parques. Y, a su vez, concientizar a las personas sobre su relación con los ambientes que habitan, sobre la importancia de sus acciones e impactos.
Vivir en espacios más biodiversos es ser un poco más amables con la Tierra
• Ubicación: General María Paz 1001, esquina Legarreta, Monte Grande.
• Horarios: Lunes a viernes de 9 a 13 y de 14.30 a 18; sábados de 9 a 13.• www.enraizando.mitiendanube.com
Nativas de origen. El Ing. Agr. Gerardo Fernández comenzó a trabajar con plantas nativas en 2005, cuando se inauguró el primer vivero de nativas bonaerenses en la Reserva Ecológica Costanera Sur.
Luego de transitar por un vivero privado especializado en este tipo de plantas, decidió abrir el suyo propio, en 2010. Dirige actualmente un grupo de viveristas productores de plantas nativas que venden a otros viveros, paisajistas y público en general con el nombre Nativas de Origen.
Un punto muy importante es conocer y estudiar los requerimientos de la zona de donde pertenece cada planta para que funcione en el jardín
Cuentan con semillero propio y producción orgánica. Se hace el 90% de las especies. En la producción hay 80 especies de herbáceas y arbustos, 40 de árboles, también 10 de acuáticas (que son las que se usan para recuperar, por ejemplo, las lagunas de Nordelta, que carecen de nativas como totora y pontederia).
Las plantas madre se recogen de la naturaleza, se seleccionan las vigorosas y según el origen genético.
Otra tarea interesante es que se realizan intercambios de plantas de las mismas regiones fitogeográficas con otros productores, para conservar la genética.
Gerardo se especializa en nativas por su importancia dentro del ecosistema: “Hay que tratar de mantener la biodiversidad por múltiples propósitos, como las propiedades medicinales de algunas especies o el recupero de la fauna asociada. Cuando se extingue una especie, desaparece todo lo que ella atrae”, comenta.
Además, destaca otro beneficio de las nativas: se mantienen bien sin tanta mano humana, a diferencia de las exóticas, que requieren más cuidados.
Entre los arbustos de valor ornamental que recomienda, están la Pavonia hastatay Sphaeralcea bonariensis (malvavisco), que se utiliza en los jardines de Inglaterra y se ve muy poco en nuestro país.
También aconseja utilizar árboles de porte mediano para arbolado urbano, como Lonchocarpus nitidus (yerba de bugre) o Poecilanthe parviflora (lapachillo), ambos de 5 a 7 m de altura. Las nativas son, en definitiva, las plantas que permitirán que el paisaje natural se recupere.
• Ubicación: Varios cultivos, en Moreno, Francisco Álvarez, Tortuguitas, Pablo Nogués y 1ª Sección del Delta.
LA NACION