Suspendidas en el aire, en vilo, en macetas altas; en caída libre desde balcones o desniveles de terrenos, todas ellas crean un efecto atractivo por sus delicadas tramas y por ser verdes y contundentes cortinas naturales.
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Los tallos de plantas que caen libremente no huyen de la fuerza de gravedad, por eso se las elige. Pueden usarse plantas con tallos rastreros o con tallos decumbentes, - en gran parte horizontales, pero con un extremo que sube-, o enredaderas sin sostén. También hay arbustos apoyantes o de ramas arqueadas que salvan desniveles, suavizan muretes, en fin, los cubren de ondulante vida. Aquí una selección con algunas de las especies colgantes más lindas que podés incorporar en tu jardín o espacio interior.
Cadena de corazones
(Ceropegia woodii)
Es una especie colgante que enamora a muchos. Tiene hojas como corazones que se disponen de a pares distanciados en los delgados tallos, lo que le da un aire etéreo. Puede crecer un par de metros en interiores muy luminosos o exteriores protegidos de los soles más intensos y de las muy bajas temperaturas. Crece lentamente y forma tubérculos también aéreos que sirven, al igual que sus tallos normales, para su propagación.
Planta del rosario
(Senecio rowleyanus)
Sus esféricas hojas muestran la perfección de la gota: la menor superficie conteniendo el mayor volumen. La menor superficie de epidermis, de pérdida de agua, que puede contener el mayor volumen de almacenamiento de agua. Es de la familia de las Compuestas o de las Asteráceas (lo dicen sus pequeñas flores blancas) y pueden llegar a medir hasta un metro de largo. Hay otras especies de senecios apropiadas, como el Senecio radicans o planta de las bananas, con hojas suculentas y alargadas que también es capaz de crecer en picada un metro.
Trenza del gitano
(Sedum morganianum)
Es otra suculenta muy bonita de color verde azulado si cuenta con la exposición solar correcta: media sombra. Tiene un aparente problema: sus hojas se desprenden con gran facilidad al roce, pero esto no es más que una valiosa adaptación para la especie. Al caer, esas hojas pueden formar nuevas plantas, como ocurre frecuentemente con otras suculentas. El Sedum burrito (sí, burrito es el nombre de la especie) es muy parecido, pero de hojas más redondeadas y cortas.
Puestas sin apoyo, hay muchas plantas de tallos flexibles que forman frescas cascadas verdes, tanto en exteriores como en interiores.
Plantas del dólar
(Plectranthus)
Muy resistentes a la falta de agua, el P. verticillatus es una de las varias plantas llamadas del dinero o del dólar, de florcitas blancas. El P. ciliatus florece en lila y las hojas son de un verde oscuro, con el envés purpúreo; la variedad ‘Nico’ tiene los nervios marcados y el color morado es más intenso. El sustrato de estos Plectrantus debe ser rico en materia orgánica. Resultan nobles plantas de interior y exterior sombreado. El P. coleoides es llamado planta del incienso, por la fragancia que desprenden sus hojas al roce. Se los conoce principalmente por sus variedades con el follaje matizado con blanco. Extremadamente resistentes a los descuidos –claro que, cuantos menos descuidos, mejor para su aspecto–, crecen de la manera óptima en el exterior al sol o bajo mediasombra.
Santateresita
(Schlumbergera truncata)
Es un cactus de las selvas que crece cayendo con sus flores suntuosamente vestidas que aparecen en pleno frío. La que tiene flores fucsias suele ser más rústica. Y si queremos nativas, pero de color gris, está la dichondra plateada (Dichondra argentea), una planta que llega a caer unos 20 o 30 cm. Necesita buen drenaje y humedad y puede cultivarse al sol o bajo mediasombra.
Para cultivar plantas en macetas pendientes hay algunas precauciones: es mejor que los recipientes sean livianos con amarres muy fuertes. El mantenimiento es más difícil en interiores ya que a veces hay que descolgar la planta para regarla.
Begonia fresa
(Saxifraga stolonifera)
La gracia de esta especie cuando se la cultiva colgante son los estolones suspendidos. Sus hojas redondeadas y sus pequeñas flores blancas son otros de sus encantos. Hay que cuidar que no le falte agua para que luzca espléndida.
Lluvia de fuego
(Russelia equisetiformis)
A veces hay desniveles abruptos en un terreno contenidos por muretes; se pueden vestir con la llamada lluvia de fuego, una planta sin hojas (son pequeñas y pueden aparecer en primavera, pero de manera efímera), de tallos flexibles, que de primavera a otoño –en tandas– florece con campanitas rojas que son las delicias de los picaflores. Le va bien un lugar algo sombreado o al sol, las temperaturas altas mejor que las bajas y la humedad media.
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