Una serie de terrazas de césped y granza organizan el espacio. La perovskia como toque de color lila se repite en varios sectores y contrasta con el color oscuro de la construcción. Se respetaron los ñires y maitenes existentes.
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La primera impresión al visitar el sitio fue, por un lado, una casa cercana a la calle y, por otro, una sensación de cobijo por el bosque nativo que la rodeaba, que debía ser tratado con mucho respeto. Además, una vista imponente al noroeste y un jardín posible de cara al sureste.
La idea del diseño se orientó con una intervención cauta en cuanto a la cantidad de pasto y el objetivo de mantener todo lo más simple posible.
Se trata de una plantación muy simple, con pocas especies involucradas, pero muy efectivas tanto por su estética como por su cualidad ecosistémica
Se logró integrar los árboles cercanos a la casa por medio de dos terrazas que terminaron de enlazar esa configuración.
Para ganar privacidad respecto de la calle, se plantearon pantallas en madera y circulaciones mediante pasarelas para no tocar el suelo y así lograr una entrada-paseo que consiguiera sorprender al visitante.
En búsqueda de la mínima injerencia y de la mayor identidad, se eligió una plantación de bajo mantenimiento, poco requerimiento de agua, nutricia para polinizadores y con una paleta de colores de alto contraste con la arquitectura en color negro.
Los espacios y rincones fueron definidos por el mismo bosque, que fue involucrado como protagonista fundamental del proyecto. Se reforzó con la incorporación de más ñires y maitenes.
Karina Querejeta dice
¿Una combinación que te encanta?
Santolina, senecio, junellia y pappostipa.
¿Los favoritos del jardín?
El macizo de perovskias con spiraeas que se repite de izquierda a derecha en dos volúmenes enfrentados.
¿Una estación favorita para vivir el jardín?
Primavera y otoño.
¿Qué es lo primero que hacés cuando salís al jardín?
Observar, detenerme, conectarme con todos los sentidos.
¿Cuál fue tu última intervención?
Hubo una única intervención que fue durante su ejecución, y así evoluciona. Quizás en algún momento necesite una edición, pero por ahora no.
¿A qué le decís sí?
Al trabajo de restauración. A la toma de conciencia, a comprometerse con prácticas que sean sustentables y ecosistémicas. Digo que sí a apoyar a los viveristas que trabajan incansablemente para que podamos contar cada vez más con plantas nativas.
¿A qué le decís no?
A todo lo que intente destruir ecosistemas. Le digo que no al uso innecesario de agua.
¿Algunas cosas que no volverías a hacer?
No volvería a aceptar la compra de pasto de mallín. Encuentro aberrante la falta de conciencia y desprotección de estos ecosistemas tan frágiles y necesarios.
¿Algún material aliado?
La piedrita casi molida en reemplazo de pasto.
¿Una curiosidad?
Todo lo que me lleve a aprender, a estar actualizada, no quedarse. Acompañar con identidad para crear jardines conscientes.
¿Cuál es la clave para que el jardín se vea tan bien?
No al suelo desnudo. Proponer un esquema de plantación simple, de bajo mantenimiento, que cualquiera pueda entender. Una poda al año para algunas especies.