Las orquídeas son plantas que atraen la mirada de todos. Con algunos cuidados y conociéndolas un poco lograremos ejemplares con flores increíbles.
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En realidad, son plantas que tienen fama de ser difíciles, por lo que muchas veces ni siquiera se intenta cultivarlas. La verdad es que no son más difíciles que cualquier otra planta de flor, solo es necesario conocer los requerimientos de cada especie, que varían según el género.
La única gran diferencia es que se necesita paciencia, ya que la primera floración de cualquier orquídea es a los siete años o más, salvo en el caso de un vivero comercial, donde todas las condiciones son las adecuadas. Este periodo transcurre desde el momento en que se planta la semilla en la naturaleza y es más corto si se hace en laboratorio.
Los llamados “orquideófilos” que se decidan al cultivo en forma no profesional suelen comprar una planta con flor, por lo que el productor es quien espera. Casi todas las orquídeas florecen una vez al año y algún hibrido puede hacerlo dos veces.
El cultivo tiene algunos secretos: la luz es la condición necesaria para la floración de las plantas, pero el sol directo puede quemarlas. Si ya han sido regadas, el sol que da sobre las gotas de agua que hayan quedado funciona como efecto lupa y se forman las manchas negras. Estas afectan la estética y pueden favorecer la entrada de una bacteria. La ventilación es muy necesaria para secar los excesos de riego y evitar que las plantas se pudran.
La humedad que requieren las orquídeas es del 60% o más según la especie. Podemos reunirlas con otras plantas, como bromelias y helechos, o dejar cerca recipientes con agua que, al evaporarse, aumenta la humedad ambiente.
La temperatura es el factor por el que son más difíciles de cultivar que otras plantas, ya que cada especie tiene necesidades distintas.
Es fundamental tener en cuenta que si varía uno de estos requisitos, variarán también los otros.
Los contenedores donde podemos plantar orquídeas son:
- Troncos: es el más natural, ya que recrea la naturaleza, pero debemos tener en cuenta que en el verano necesitarán más de un riego diario.
- Canastos de madera: contienen el sustrato que retendrá más el agua de riego, por lo que este será más espaciado.
- Macetas de barro: transpiran y permiten que el sustrato no retenga tanta humedad como para que las raíces se pudran. Hay algunas especiales para orquídeas, con agujeros grandes alrededor, que son aun mejores para cumplir esta función.
- Macetas de plástico: como retienen mucho el riego, si regamos demasiado se pueden pudrir las raíces. Debemos hacerles agujeros para permitir la circulación de aire.
- Macetas transparentes: especiales para Phalaenopsis, ya que sus raíces duran más tiempo dentro de la maceta.
El sustrato es el medio en que se cultiva la planta. A los chips, que vienen en distintos tamaños, hay que agregarles un 30% de musgo Sphagnum, sobre todo al principio, hasta que la planta se establezca. Se puede sumar carbón vegetal para darle más aireación al sustrato; además, absorbe bastante el exceso del fertilizante.
LA NACION