La obra, que se puede visitar en el Centro Cultural Borges, invita a reflexionar sobre nuestra relación con el medioambiente.
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Inverso es un jardín invertido: las raíces crecen hacia el cielo y las ramas se extienden hacia abajo, buscando la tierra. La obra invita al gran y actual desafío de cambiar drásticamente nuestra relación con el medioambiente, con el foco puesto en la regeneración de los recursos que utilizamos.
En el octógono del Centro Cultural Borges, se instaló este espectacular jardín de cerámica y hierro creado por la artista Nicola Costantino. Las ramas y flores realizadas con la técnica japonesa nerikomi, flotan sobre una estructura de hierro suspendida desde la cúpula.
“La naturaleza y todo lo que nos rodea está siempre ahí y no le damos importancia. El hecho de que un pedazo de jardín esté flotando patas arriba, en otra ley de gravedad, nos sacude, nos llama la atención y nos interpela sobre qué está pasando”, refelxiona Nicola Costantino.
Las flores se elaboraron con una milenaria técnica japonesa que dispone los barros pigmentados verticalmente en un bloque, intercalados por capas de color negro, de forma tal que al cortar el bloque de forma horizontal, el dibujo aparece bien definido en todas las capas ofreciendo múltiples piezas, todas con alto valor artístico. El resultado es una obra gráfica, pero el proceso es escultórico.
Inspirada en la belleza del universo vegetal, esta obra tiene ciertos órdenes de la naturaleza que el espectador puede encontrar. De este modo, aparece la inteligencia y solidaridad de la naturaleza representada, sin la necesidad de ser romantizada, como próxima a la perfección.
El arte de las flores
“Pensé en recuperar el arte de las flores, tan importante y tan poético. Representaba la finitud y la fragilidad de la vida y la belleza. El siglo XX nos enseñó que sólo pintan flores las señoras mayores en su casa. Pintar flores, durante mi formación, era la imagen de un arte sin compromiso. Ahora, el compromiso de los artistas es con poder ver la poesía de la materia más allá del materialismo”, reflexiona Nicola.
"Cambiar nuestra perspectiva frente a la naturaleza es nuestra única salvación. Cambié mi forma de ser artista porque pienso que el artista ha de mirar a su alrededor, a lo que está pasando"
Nicola Costantino
Los gusanos del compost
Nicola reflexiona sobre el rol actual de los artistas de una manera personal y revolucionaria: “Los artistas deberíamos ser los gusanos del compost. Tenemos que poder transformar la podredumbre en belleza. Cambiar nuestra perspectiva frente a la naturaleza es nuestra única salvación. Cambié mi forma de ser artista porque pienso que el artista ha de mirar a su alrededor, a lo que está pasando.”
“La fagilidad de las flores y la fugacidad de su corta vida nos recordaron siempre, con mucha poesía, nuestro breve paso por este mundo. Hoy quiero detener ese tiempo, congelar la belleza que surge de los barros coloreados, con una técnica milenaria que no se ha podido superar con ningún material plástico. La naturaleza vuelve a tomar silenciosamente lo que le pertenece, si no somos parte de eso, no seremos parte de lo que sobrevivirá”, sintetiza.
- Cuándo: hasta julio de 2024.
- Dónde: Centro Cultural Borges, Octógono, 2do piso. Viamonte 525, CABA.
- Entrada: Libre y gratuita.