Podar y desmalezar ramas y flores secas, fertilizar y mantener a raya ciertas especies o trasplantar arbustos envasados son algunos de los consejos de temporada que comparten tres avezados paisajistas y jardineros.
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El otoño ya está entre nosotros. Cambian las temperaturas, las horas de sol disminuyen y las lloviznas se prolongan. Los colores del mundo vegetal se transforman y la actividad jardinera vuelve a un tiempo menos laborioso que el ajetreado verano, sin embargo, hay algunas tareas de estación que no pueden desatenderse. En esta nota, Paqui Arias, Agustina Anguita e Ignacio Van Heden, expertos paisajistas y jardineros, comparten sus consejos de temporada para el jardín, el balcón, el patio o la terraza.
- Podar las enredaderas, herbáceas y arbustos que florecieron en el verano, sacando flores y ramas secas. Desmalezar y retirar todo el material que no aporte estructura, color, belleza o alimento para las aves. Lo que se retira, puede ir a la compostera o puede ser usado como mulch o cobertura orgánica.
- Incorporar materia orgánica, como compost, mantillo con humus de lombriz o bocashi, un preparado de minerales y materia orgánica fermentada que aporta microorganismos y nutrientes al suelo, mejora su estructura y elimina patógenos. Al entrar luz al suelo, prosperará la autosiembra, que se puede ayudar con nuevas semillas; en este caso, de anuales de otoño-invierno, como espuelas de caballero, nigelas, amapolas y campanas de Irlanda.
- Mantener a raya a las especies más invasivas, como persicarias, verbenas, lantanas, phlomis, Salvia uliginosa, Echium, Tanacetum, Achilleas y Teucrium hircanicum, entre otras. Podarlas –hacer gajos con los esquejes–, achicar matas o disminuir el número de ejemplares si se autosembraron.
- Las hormigas están al ataque. Una opción orgánica es dejar mitades de naranjas y, al día siguiente, retirar la cáscara con las hormigas adentro. En jardines con mucho problema de hormigas, el fipronil es un insecticida de amplio espectro que puede aplicarse en las plantas y en el suelo.
- La humedad atrae caracoles y babosas. Para atraparlos, por la noche se pueden dejar recipientes o trapos embebidos con cerveza o con una mezcla de agua, azúcar y levadura. Si están atacando severamente alguna planta, se puede hacer alrededor de ella un anillo protector con ceniza o con cáscaras de huevo trituradas.
- En esta época, se plantan la mayoría de los bulbos de floración primaveral, directamente en tierra o en maceta. La profundidad es dos veces la altura del bulbo y en suelos arcillosos es conveniente colocarlos sobre arena y enterrarlos con una mezcla de tierra y arena.
- Es un buen momento para plantar arbustos envasados si se encuentran plantas nuevas en los viveros, ya que quedan algunos meses para que se establezcan y lleguen fuertes al invierno. En el caso de los árboles, es mejor esperar a que tomen color otoñal para elegir ejemplares de buen color y vigor.
- En cuanto a la propagación, es una buena época para hacer nuevas plantas a partir de gajos. Por ejemplo, romero, lavandas, Hebe, Choisya, Lavatera, aljabas y algunas variedades de salvia, además de las hortensias, que funcionan bien. También se pueden seguir dividiendo herbáceas durante marzo y abril, siempre según la zona y cuándo empieza el frío.
- Sobre todo en patios, terrazas y balcones, barrer hojas secas constantemente para que no se tapen las rejillas y así prevenir inundaciones. Sacar las hojas de las zinguerías y de los techos por la misma razón. Cuando las canaletas se llenan de hojas, el agua desborda y se mete entre las tejas o por cualquier ranura que encuentre, lo que equivale a goteras.
- En caso de tener riego automático, bajar la cantidad de minutos y la regularidad. En cada jardín, patio, balcón o terraza, va a ser distinto lo que se programe, porque hay algunos factores que pueden variar. Por ejemplo, el tamaño de las macetas, ya que las macetas chicas se secan más rápido que las grandes; o las diferencias de insolación, porque hay lugares con más sol directo que otros; o las necesidades específicas de agua de cada planta, ya que algunas necesitan más agua que otras. Si en verano se suele regar todos los días, en otoño se puede regar 1 o 2 veces por semana.
LA NACION
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