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Son poco conocidas y recién comienzan a protagonizar los jardines de expertas jardineras, pero su belleza y capacidad de adaptación aseguran una rápida incorporación en los diseños. Además de su atractivo, son fáciles de cultivar y cuidar. Te invitamos a descubrir las bondades de seis especies de plantas que son tendencia.
El arbusto que llegó para quedarse
Rhus crenata
Este arbusto de follaje perenne, lustroso y con una brotación cobriza, tiene todas las ventajas para convertirse en un clásico. Llega aproximadamente a los 60 cm de altura.
Es de rápido crecimiento. Admite muy bien la poda y es de muy fácil mantenimiento. Puede cultivarse tanto al sol como a la sombra. Funciona muy bien en jardines costeros y en macetas. Tolera el trasplante, pero no el anegamiento; es un tanto sensible al frío (aunque si no es extremo ni prolongado va a rebrotar en primavera). Resulta una buena opción para dar estructura invernal en plantaciones tipo pradera, en lugares donde no hiela. Su belleza resalta en plantaciones en granza.
Si bien en la Argentina todavía se están haciendo varias pruebas en distintas situaciones de plantación, todas están resultando sumamente exitosas.
La salvia ideal para patios de media sombra
Salvia oxyphora
Herbácea perenne que puede alcanzar el metro y medio de altura. Su follaje, de un verde brillante, puede aportarnos “luz” a nuestros rincones umbríos. Su floración, color fucsia, ocurre en otoño. Es perfecta para cultivar tanto en suelo como en maceta, en patios urbanos que no reciban sol. También se la recomienda para bordes de estanques de media sombra, ya que necesita humedad constante. Se multiplica muy fácilmente por esquejes y es una opción acertada para formar parte de jardines con estética tropical. Esta salvia no tolera heladas fuertes.
Siempre un hit
Daucus carota ‘Purple Kisses’
Gracias a su belleza, la comúnmente llamada zanahoria ornamental aseguró su éxito rotundo en jardinería. Las flores varían en distintos tonos de rosas hasta el bordó. Florece desde primavera hasta casi el final del verano y es muy utilizada como flor de corte, no solo por su interés estético sino también porque dura 10 días en florero. Es ideal para cultivar en jardines silvestres ya que no necesita mucho cuidado y prefiere un suelo un tanto pobre, para no crecer demasiado en altura y correr el riesgo de volcarse.
Esta herbácea anual se propaga de semilla en otoño, tanto en almácigo como por siembra directa.
Una planta comodín
Neomarica caerulea
Esta es una planta que en flor alcanza 1,40 m de altura. Su follaje persistente, de aspecto prolijo, brinda un acento vertical en canteros. Si bien sus flores duran solo un día, la floración resulta prolongada: desde la primavera hasta el otoño. La flor impacta por su azul violáceo. De muy fácil cultivo, crece tanto a la sombra como al sol. Personalmente, me gusta utilizarla para dar ritmo acompañando senderos, o como nexo entre los distintos sectores de un jardín.
Imposible de ser ignorado
Echium candicans
Imposible ignorar lo imponente de la floración de este arbusto a principios de la primavera. Alcanza 1,80 m de altura y otro tanto de diámetro. Es adecuado para jardines costeros y, un dato no menor, puede crecer debajo de eucaliptos. Además, es sumamente atractivo para abejas, que visitan sin pausa sus flores. Prefiere pleno sol y suelos muy bien drenados. Como contra podríamos decir que es una herbácea de vida corta, e incluso a veces se comporta como bianual.
La flor que nos recibe en primavera
Penstemon digitalis ‘Husker Red’
Esta herbácea perenne, de follaje morado, que tolera prácticamente todo y florece entre blanco y lila a principios de la primavera, es muy interesante para su uso paisajístico.
En invierno su roseta basal mantiene muy buen aspecto. Si bien prefiere ser cultivada a pleno sol, por experiencia personal puedo asegurar que soporta bien el verano debajo de otras herbáceas que la cubran. Se propaga por semillas muy fácilmente o por división.