La naturaleza ofrece soluciones clave tanto para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero como para aumentar la resiliencia frente al cambio climático.
- 3 minutos de lectura'
Las soluciones basadas en la naturaleza son acciones para proteger, gestionar de forma sostenible o restaurar los ecosistemas naturales del planeta. Abordan retos sociales como el cambio climático, la seguridad alimentaria y la salud humana y proporcionan, simultáneamente, beneficios para el bienestar humano y la biodiversidad.
De hecho, investigaciones demuestran que dichas soluciones podrían contribuir hasta con un 37% de la reducción de emisiones necesaria para el año 2050. Así, aportarían significativamente con el objetivo del Acuerdo de París de cambio climático de limitar el calentamiento global en 2° C, una meta que todavía estamos lejos de cumplir.
Esto ocurre de tres formas principales. Proteger y restaurar los ecosistemas permite reducir las emisiones contaminantes relacionadas con la deforestación y el uso del suelo, además de capturar y almacenar más emisiones. También, contar con ecosistemas más resilientes ayuda a las sociedades a adaptarse a riesgos climáticos, como sequías. Los bosques son uno de los mejores ejemplos de ello. Albergan 80% de la biodiversidad terrestre, proporcionan aire y agua limpios y ayudan a regular el clima. Los principales bosques, como el Amazonas, también actúan como sumideros de carbono, capturando grandes cantidades de carbono en la biomasa de los árboles y los suelos.
Las áreas protegidas pueden conservar bosques con grandes reservas de carbono y biodiversidad. Los bosques con actividades productivas, cosechas sostenibles y gestión comunitaria pueden prevenir pérdidas y beneficiar a las personas. Las tierras de cultivo degradadas se pueden plantar con árboles nativos o regenerarlas naturalmente.
“Las soluciones basadas en la naturaleza son acciones para proteger, gestionar de forma sostenible o restaurar los ecosistemas”
En las ciudades, reemplazar la infraestructura gris, como puentes y represas, por la infraestructura verde puede traer grandes beneficios sociales y ambientales. Para ello, las ciudades ya están transformándose mediante la creación de parques, restauración de lagos y arroyos urbanos y uso de materiales de construcción sostenibles. Tales medidas protegen contra efectos del cambio climático como inundaciones y olas de calor, mejoran el bienestar de las personas, incentivan a caminar y andar en bicicleta en vez de usar el auto y consumen menos cemento y otros recursos intensivos en carbono. Además, son medidas más económicas que los enfoques de infraestructura gris.
El planeta está calentándose rápidamente, provocando el aumento del nivel del mar, la desaparición de ecosistemas y la intensificación de los fenómenos climáticos extremos. En medio de este preocupante panorama, las soluciones basadas en la naturaleza tienen muchas de las respuestas, tanto para reducir emisiones como para adaptarse.
Sin embargo, ello requiere diseñar las soluciones de la mejor manera. Una buena solución basada en la naturaleza debe ser económicamente viable, eficaz en responder a los desafíos de la sociedad, generar beneficios netos en biodiversidad y clima, ser sostenible en el largo plazo y basarse en procesos de gobernanza inclusivos y transparentes.