Cada vez más el concepto de jardín va tomando connotaciones que no solo refieren a su valor estético, sino también a su importancia en la salud y el bienestar de las personas que lo disfrutan.
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El pedido inicial fue generar múltiples espacios verdes cercanos a los puestos de trabajo para mejorar la calidad de habitabilidad. El edificio se encuentra en Playa Grande, sobre una loma y a muy pocos metros del mar Argentino, expuesto a los vientos y el salitre.
Nicolás Antoniucci y Walter Palauro, del Estudio de Paisajismo Antoniucci, estuvieron a cargo del diseño de los espacios verdes en el edificio de oficinas que comparten la empresa de software Making Sense y Doppler (una herramientade marketing digital creada por Making Sense) en Mar del Plata.
La propuesta paisajística fue darle un marco biofílico para contribuir con la calidad de estancia de sus ocupantes. Se pensaron diferentes programas de uso y otros contemplativos para aprovechar las vistas.
La inspiración surgió del comitente, diseñando en 8 bits, como si se estuviera en una antigua computadora. De esa manera se jugó con la morfología geométrica, reduciendo las formas del jardín a cubos y prismas que, al tiempo que sirven de contención del sustrato, también se pueden usar como asientos.
Los canteros, además de dar un entorno al jardín, sirven para tapar las barandas y generar “tapones” visuales en las vistas indeseadas, y se abren en determinados puntos panorámicos para potenciar la contemplación.
Muchos brainstormings surgen en estos espacios, ya que el ambiente promueve la apertura, el no censurarse, respirar profundo y crear.
El diseño de las pérgolas está inspirado en distintos elementos de la fachada del edificio, pero las columnas van alternando su disposición según la morfología que propone el cantero para darle al conjunto del jardín un movimiento interesante. Se sumó mobiliario de aluminio a tono con la materialidad de las pérgolas y del parasol de fachada.
La terraza se impermeabilizó con geomembrana asfáltica en doble capa cruzada y las áreas verdes con otra protección adicional. Los canteros reciben agua por sistema de goteo subterráneo anti-raíz con válvulas autocompensadas.
Toda la mampostería se construyó en Retak, un ladrillo poroso, ultraliviano y resistente, que contribuyó a aligerar el peso para después cargar la estructura con más vegetación. Se trabajó con una selección de plantas resistentes al clima marítimo y adaptables al sistema de techos verdes. El objetivo fue representar lo salvaje de la pradera silvestre con plantas que estuvieran el mayor tiempo posible en producción de efectos de floración o coloración.
• IG: @antoniucci_paisajismo
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