Protagonizan empanadas, ravioles, canelones y tantos otros platos populares en las mesas argentinas. Muy elegidas en las dietas vegetarianas por su versatilidad y gran aporte de nutrientes, son una estupenda hortaliza para ver crecer de cerca y luego, disfrutar del placer de cosechar.
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De entre todas las verduras que solemos consumir los argentinos, hay dos que están entre las preferidas para rellenar tartas y pastas: la acelga y la espinaca. Ambas parientes -pertenecen las dos a la familia botánica de las Amarantáceas-, protagonizan empanadas, canelones, ravioles y lasañas, entre otras preparaciones. Sumarlas a la huerta no dará más que satisfacciones, porque son versátiles y se consumen de distintas maneras, se aprovechan hojas y pencas y se trata, además, de cultivos bastante sencillos que admiten, incluso, crecer en macetas.
Acelga
(Beta vulgaris var. cicla)
Originaria de Asia, la palabra “acelga” procede del árabe acilca. Es una de las verduras más antiguas que se conocen, ya que su consumo está documentado desde hace más de 6.000 años. Se la cultiva por sus hojas y pecíolos, comúnmente llamados “pencas”. Es de ciclo anual y en general, muy rústica.
Cómo cultivar acelga
- Se siembra durante todo el año en directa a chorrillo, con raleo posterior. En realidad, se siembra el fruto (glomérulo), que en su interior contiene las semillas. Por lo tanto, nacerán varias plantitas juntas; por eso, después habrá que seleccionar las que crecerán en ese lugar y consumir como brote en una ensalada las que vayas a retirar. En almácigo se pueden separar cuidadosamente las plantitas y trasplantarlas en una maceta pequeña, para luego pasarlas al cantero o a una maceta mediana o grande. Tener en cuenta que las raíces de la acelga son grandes.
- Prefiere sol pleno o media sombra, suelo profundo y fértil, aunque soporta los algo pesados y los salinos. Aplicar una palada de compost antes de comenzar el cultivo.
- La distancia ideal entre plantas es de 0,25 m y la separación entre líneas, de 0,40 m.
- Regar de forma regular.
- Vigilar el ataque de los pájaros, que buscan sus hojas tiernas, y de las babosas y caracoles, que dejan las hojas “caladas” (un vasito descartable enterrado con cerveza es una trampa muy efectiva). La viruela es la enfermedad más frecuente; se puede prevenir y curar con caldo bordelés.
- Para cosechar, podés hacerlo escalonadamente, empezando por las hojas externas. Los cortes se hacen con cuchillo o clavando la uña en el extremo de la penca, a ras de la roseta. De la siembra a la cosecha pasan alrededor de dos meses.
A la acelga podés consumirla salteada, hervida o al vapor. Las hojas más tiernas pueden consumirse crudas en ensaladas. Es conveniente cocinar las pencas anchas y más viejas separadas de las hojas, ya que requieren más cocción.
Existen variedades como ‘Dark Ribbed Green’, ‘Verde de Bresane’, ‘Blanca de Lyon’ (todo el año), ‘Verde de Pencas anchas’, ‘Anepán INTA’ (otoñal), ‘Charlotte’, variedad de pencas rojas. Como acelga ‘Arco Iris’ se comercializa una mezcla de semillas correspondiente a plantas de diferentes colores de pencas: amarillo, anaranjado, rojo con hojas color verde o bordó.
Cómo conservarla
Blanqueada y congelada o deshidratada.
Espinaca
(Spinacia oleracea)
El origen silvestre de esta planta es una incógnita, aunque los primeros cultivos se ubican en Medio Oriente. Alrededor del siglo XI fue introducida en Europa por los árabes que poblaron la península ibérica. Ellos la consideraban la reina de las hortalizas por su finura de sabor, usos y propiedades. Guerras y conflictos demoraron su dispersión y recién en el siglo XVIII lograron atravesar los Pirineos. Su delicado sabor tuvo gran aceptación en Inglaterra, Francia y Holanda, donde comenzó su cultivo con fines comerciales. Años más tarde llegó a América.
Cómo cultivar espinaca
- Se siembra al voleo o en líneas separadas 0,20 m entre sí. También en almácigo, para luego trasplantarla. En ambos casos la profundidad de siembra es de 1 o 2 cm.
- A las dos semanas de haber nacido las plantitas, hacer un primer raleo, dejando entre 5 y 8 cm entre espinacas.
- Tolera la sombra y la humedad.
- Necesita suelo profundo, rico en humus y con buen drenaje. Los riegos deben ser frecuentes y regulares.
- Tiene un rendimiento de 1 kilo de hojas por mes por metro lineal de cultivo. La espinaca no tolera el calor y con temperaturas altas rápidamente se induce la floración.
- Cuando la planta alcanza un tamaño adecuado puede empezarse a cortar las hojas grandes de manera selectiva y seguir cosechando 1 o 2 meses más. Otra opción es esperar que llegue a su máximo desarrollo y cosecharla entera. Algunas variedades admiten un corte a ras del suelo, ya que luego rebrotan.
La espinaca se consume cruda cuando sus hojas están tiernas, cocida al vapor o hervida. Hay que tener en cuenta que el volumen se reduce ¾ partes al cocinarlas. Forma parte de rellenos de pastas frescas y tartas. También se aprovecha salteada en wok, frita en bocadillos y buñuelos. ¡Cuidado! El agua de cocción no debe consumirse ya que contiene gran cantidad de oxalatos.
Existen variedades como ‘Amadeo INTA’, ‘Viroflay’, ‘Jamaica’, ‘Samos’, ‘Ultra Fly’. ‘Space’ e ‘Indian Summer’ son resistentes a las altas temperaturas.
Cómo conservarla
Refrigerada, limpia y seca en bolsas plásticas abiertas o en eco-envoltorios de algodón encerado. También, congelada, previo blanqueo (en porciones chicas) o deshidratada.
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