Hasta la llegada de los fríos invernales, el acarreo de hojas al interior de los nidos se intensifica. Qué características presentan estos insectos y cómo prevenir grandes daños.
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Las hormigas cortadoras de hojas más dañinas se clasifican en dos géneros: Atta y Acromyrex, que hasta principios de los años ochenta se encontraban presentes únicamente en el norte de nuestro país (provincias de Formosa, Misiones, Corrientes). Con el cambio climático, la falta de frío generó una expansión de su radio de acción y ya se encuentran colonizando regiones del centro del país, incluidas la ciudad de Buenos Aires, Rosario y Córdoba capital.
Se trata de una plaga de hábitos nocturnos y mañaneros que, en una sola jornada, puede desfoliar la mitad del follaje de una gran variedad de plantas herbáceas, árboles frutales, ornamentales y hortícolas.
Al igual que la generalidad de las hormigas, viven en colonias organizadas y con castas sociales definidas (expedicionarias, obreras, soldados, reina, niñeras, machos), presentan polimorfismo y división del trabajo.
Hace millones de años, evolucionaron de las tierras lindantes a la costa este de Sudamérica y han coevolucionado con su ambiente natural. Son de los insectos mejor adaptados y exitosos. Se encuentran entre las cinco plagas más importantes en siete países sudamericanos, atacan una gran variedad de vegetación, especialmente zonas de cultivos y pastizales rurales, y parques y jardines en el medio urbano.
Secretos del nido
Desde noviembre hasta abril, las hormigas refuerzan las entradas de sus nidos con palitos, el acarreo de hojas va de mayor a menor, tendiendo a bajar en marzo, época en la cual los reproductores (reinas vírgenes y machos) se alistan para el vuelo nupcial. Este ocurre en las primeras lluvias del fin de verano o principios del otoño. Una vez fertilizada la reina, pasan a formar nuevos nidos enterrándose unos 25 cm en el suelo. Durante el otoño hasta la llegada de los fríos invernales, el acarreo de hojas al interior de los nidos se intensifica.
No necesariamente seleccionan las plantas próximas para defoliar y utilizar este material vegetativo en el desarrollo del hongo del que se alimentarán las pupas -estadio posterior a la larva-, sino que eligen primeramente las plantas más lejanas. Esta es una estrategia que les permitirá conservar recursos alimenticios evitando una sobreexplotación de las plantas cercanas y, por otro lado, mantener su nido oculto de sus depredadores naturales.
Los frutos, flores, hojas y otras partes de plantas frescas son llevadas dentro del nido para ser degradadas antes de ser introducidas en los laberintos subterráneos donde crecen los hongos. Las obreras lamen y cortan partes vegetales en piezas de un milímetro de diámetro, luego mastican los fragmentos hasta que quedan con aspecto de papilla: esta masa es depositada donde están los hongos, a los que se cubre con micelios de hongos. Luego, agregan material fecal sobre el micelio, lo cual genera un estatus nutricional que hace que los hongos crezcan rápidamente. Una vez crecidos, son colectados por las hormigas niñeras y jardineras para la alimentación de la colonia.
Cómo combatir las hormigas
El control químico consiste en el uso de hormiguicidas basados en los cebos tóxicos (un insecticida granulado recubierto por una sustancia azucarada atractiva). Los cebos son colocados, con guantes, en las cercanías de los caminitos que dejan las hormigas, para que los lleven al hormiguero donde liberarán el principio activo (sulfluramida) Si se localiza el hormiguero (cosa a veces dificultosa), se puede aplicar directo un hormiguicida líquido dentro de él.
Es importante no confundirse el hormiguero, los de las hormigas cortadoras siempre son subterráneos, mientras que los de las hormigas carniceras (en general coloradas, inofensivas y hasta beneficiosas para nuestras plantas) son montículos por sobre el nivel del terreno.
El uso de agroquímicos puede reemplazarse por un control no químico, basado en cebos tóxicos orgánicos, hechos con arroz partido, jugo de naranja en polvo y sulfato de cobre. El aroma a naranja es atrayente para las hormigas, que llevarán los granos al hormiguero. Luego, las condiciones de poco oxígeno y alta temperatura del hormiguero generan –por fermentación– alcohol, que mata a los hongos que crecen en su interior y, por ende, se priva de alimento a la colonia.
Por otro lado, si se encuentra la boca del hormiguero, hacer una pasta semilíquida con levadura y azúcar, para verter en su interior. Las levaduras competirán con los hongos que viven en el hormiguero por el espacio y restarán alimento a la colonia.
Insectos evolucionados
Es admirable cómo evolucionaron, a punto tal de poder comunicarse. Por ejemplo, las hormigas expedicionarias, al encontrar una fuente de alimento aceptable, vuelven al nido y reclutan grupos de obreras mediante señales hormonales, emanando una hormona (metil 1-4-metil pirrol 2 carboxilasa) que las conduce al lugar donde se encuentra la fuente de alimento (comunicación química).
Las antenas son capaces de percibir olores y sabores, de esta manera logran discriminar los individuos que no son miembros de sus colonias o extraños. Perciben el olor de los humanos, por ello nunca hay que tocar con las manos productos que utilizaremos para su control.
Además, segregan una feromona propia de cada colonia y son capaces de regresar a su nido siguiendo el rastro oloroso que dejan las pequeñas gotas de una sustancia secretada por el extremo del abdomen.
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