Se pueden plantar en distintas épocas y no requieren mucho espacio, con una maceta en el balcón es suficiente si se tienen en cuenta algunos detalles.
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Aunque la identificamos como una fruta de verano, la frutilla es más versátil de lo que pensamos. Se puede plantar en primavera, verano y otoño. Cultivar frutillas en casa es sencillo y rendidor y se puede hacer en maceta o en tierra.
La frutilla no solo es capaz de protagonizar un postre, también puede levantar ensaladas, sumarle magia a un chutney, iluminar entradas, snackeos y licuados. Además, nos aporta vitamina C, manganeso, ácido fólico, potasio y varias vitaminas del grupo B. Es también una buena fuente de hidratación y fibra.
¿Cómo se cultivan las frutillas?
Como regla principal, hay que tener en cuenta que las frutillas crecen bien en un sustrato de textura arenosa. Para obtener una fruta más sana y una mayor producción es importante colocar una buena cama de plantación: debe ser alta, mullida pero firme, aireada, de buen drenaje, que permita el desarrollo adecuado del sistema radicular y la distribución uniforme del riego y los fertilizantes.
Una vez que tenemos el plantín de frutilla, se debe colocar en la tierra hasta la altura de la corona. Debemos apretar la tierra circundante al plantín, formando un pequeño montículo; “aporcar” de esta manera ayuda a proteger la planta.
Tip para lograr más y mejores frutillas: agregar un poco de materia orgánica fresca alrededor de la planta cada 15 días.
Podemos colocar varias plantas juntas, respetando una distancia de 10 cm entre si y disponiéndolas a 5 cm de los bordes del contenedor. El objetivo es que, cuando aparezcan las frutillas, caigan en lo posible hacia afuera, colgando o apoyadas en el recipiente, sin reposar nunca en la tierra para evitar el exceso de humedad y las plagas.
Las frutillas crecen rápidamente pero son frágiles, por eso conviene protegerlas. Una manera es colocando una capa de paja o mulch, que aporta múltiples ventajas: el control de malezas, la conservación de la humedad del suelo, mantener la fruta limpia ya que no apoya en la tierra, mejorar la temperatura del suelo y evitar la lixiviación de nutrientes.
Tres cuidados extra
- Los riegos deben ser cortos y frecuentes. En maceta, diarios; en tierra, pueden espaciarse a día por medio o cada tres días, controlando la humedad de la tierra.
- Otro cuidado para después de la plantación es el control periódico de hormigas, ya que en poco tiempo pueden dañar muchas plantas.
- Las frutillas requieren de 6 a 8 horas diarias de sol directo, aunque en caso de una exposición muy fuerte en la temporada de máximo calor puede ser buena idea sumar una media sombra.
Comerlas y conservarlas a punto
Como la frutilla es una fruta delicada y de maduración veloz, no conviene lavarlas ni sacarles el cabito para conservarlas, ya que estas intervenciones aceleran su deterioro.
Tenemos que mantener las frutillas secas y sin contacto con la humedad. Lo ideal es un bowl amplio forrado con papel absorbente en la base y sin cubrir. Solo lavaremos las frutillas cuando estemos a punto de consumirlas o prepararlas.
Bien lavadas, secas y sin cabito, duran hasta 6 meses congeladas. Ya no tendrán la misma textura que frescas: después del freezer sirven para helados, licuados, jugos y cocciones como budines o muffins.
LA NACION