Conocer bien el jardín y los requerimientos de cada planta es el primer paso para lograr un riego eficiente.
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El agua es esencial para el crecimiento de las plantas, ya que se encarga de transportar los nutrientes que se encuentran disponibles. El riego de un jardín puede parecer una tarea básica y elemental.
Sin embargo, aunque no es complicado, exige cierta atención y sentido común. Es importante saber que debemos proporcionarles agua a las plantas en su justa medida.
Cuando trabajamos con la naturaleza -por ejemplo, en un jardín o con plantas- hay muchos factores que debemos tener en cuenta. Por ejemplo, el clima, los vientos, la temperatura, la época del año (la estación) y el suelo.
Errores muy comunes
• No tener en cuenta el tipo de suelo del jardín y qué plantas se adaptarán mejor a él.
• Ahorrar en sustrato es un grave error. Es preferible invertir en un buen suelo inicialmente y agregar materia orgánica en forma periódica (compost, estiércol seco, mantillo) antes de invertir en plantas.
• Los canteros no se deben dejar al descubierto. Colocar una buena capa de mulch (chips de corteza, viruta de madera o pasto seco) en el otoño o la primavera ayudará a mejorar la retención de agua y evitará la aparición de malezas que compiten con las plantas.
• Las malezas, si no se retiran a tiempo de los canteros, les quitan agua a las plantas, además de luz y nutrientes. También pueden traer plagas o enfermedades.
• En los jardines muy abiertos, si no se construyen barreras de plantas para crear un pequeño microclima, será más difícil determinar un riego adecuado.
• Los riegos cortos y seguidos promueven el desarrollo de raíces cortas y superficiales. Por eso conviene evitarlos y reemplazar por riegos largos y profundos (menos frecuentes) una vez por semana, por ejemplo.
• En verano, si se riega por la mañana el agua se evapora rápidamente, por eso es mejor tratar de regar a última hora de la tarde. De esta manera las plantas se humectarán bien durante la noche. En la primavera y el otoño conviene regar temprano por la mañana.
No todas las plantas necesitan la misma cantidad de riego. Las plantas que más agua necesitan son las que están recién establecidas.
• Los árboles y arbustos adquieren autonomía a los dos o tres años de ser plantados, salvo en regiones muy secas. Por lo tanto, ya no necesitarán un riego permanente a partir de ese tiempo.
Es preferible regar la zona de las raíces y evitar mojar el follaje.
• Si las plantas están en macetas, es conveniente elegir recipientes grandes y usar mezclas a base de turba y compost. Si las macetas están a pleno sol, deberán regarse todos los días en verano, y día por medio en primavera y otoño.
• En periodos de sequía, deje crecer el pasto más alto.
• Hay que tener presente que los requerimientos de agua de las plantas varían de acuerdo con su tamaño, la época del año y sus necesidades. La primera distinción debe hacerse entre césped y plantas, ya que necesitan intensidad y tipo de riego distintos.
LA NACION