Crear un espacio exterior alrededor del fuego nos abre la posibilidad de disfrutar de los encuentros al aire libre durante todo el año.
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Nuestra vida al aire libre se puede extender más allá del frío. Los fogones y parrillas son lugares de reunión por excelencia, para matear o cocinar al disco y compartir entre amigos al calor del fuego.
Cualquier excusa vale para conformar un sitio de disfrute y así conectarnos con nuestro paraíso a cielo abierto, con la naturaleza.
Un fogón puede, ocasionalmente, convertirse en parrilla o sumar un disco para una comida al aire libre.
Jardín urbano
En este jardín urbano, entre losas de granito recuperadas y troncos de palmera que hacen de bancos, se enterró una llanta de camión vieja para armar el lugar del fuego.
Rodeando el sector, los Paspalum haumanii dan intimidad respecto de la casa y enmarcan el espacio.
Paraíso bajo los árboles
Una buena idea es aprovechar sectores debajo de grandes árboles, donde el suelo queda al desnudo en invierno, para crear un ambiente nuevo al aire libre, con el fuego como protagonista.
El fuego aporta color, calor, sonido y un aire rural a los jardines urbanos
Living a cielo abierto
Una alternativa para demarcar el espacio del fuego y lograr mayor intimidad y reparo de los vientos, es marcar un desnivel de algunos centímetros respecto del resto del jardín.
No importa cuál sea el espacio disponible ni la ubicación, un sector de fuego siempre aportará calidez y un lugar especial de reunión para disfrutar del jardín también en invierno.
LA NACION