La equinacea es una planta ornamental con virtudes medicinales extraordinarias: se la usa especialmente para afecciones respiratorias, como antioxidante y para infecciones de toda clase.
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En todos los jardines hay “yuyitos” desordenados que crecen sin esfuerzo y que nos brindan hermosas flores y poderosas medicinas.
Muchas nativas lindas y medicinales salen solas, con gran resistencia al clima y a las plagas, consumen menos agua y favorecen a insectos y pájaros autóctonos.
También, gran cantidad de plantas exóticas se han adaptado perfectamente al medio urbano, posibilitándonos tener cerca especies extraordinarias de distintas partes del mundo.
En la cultura popular hay un dicho muy difundido: “Alrededor tuyo crecen las plantas que necesitás”. Si bien puede ser una idea un poco mágica, no deja de ser cierta, pues están las que necesitamos y las que no necesitamos, las que podrían beneficiar a miembros de nuestra familia o a amigos.
Las plantas que suele haber en cualquier jardín nos proveen materia prima medicinal para muchas dolencias
“La autogestión de la salud es un bien valioso. No se trata solo de sanar enfermedades, sino de cultivar la salud”, señala Ezequiel Agüero, fitoterapeuta, autor de Plantas medicinales silvestres (IG @medicinalessilvestres).
No hay nada mejor para ello que los factores naturales con los que hemos forjado nuestro ADN, es decir: la comida “verdadera”, el agua, el ejercicio, el sol y las plantas. Así, nuestro jardín puede ser un lugar bello, funcional, saludable y de bajo impacto ambiental.
Secretos de la equinacea
La Echinacea, tal su nombre científico, es una planta ornamental cuyas virtudes medicinales son extraordinarias: es inmunoestimulante de gran eficiencia; se la usa especialmente para afecciones respiratorias, como antioxidante y para infecciones de toda clase.
La decocción y la tintura madre de equinacea actúa sobre el sistema inmunitario como estímulo de la fagocitosis, la producción de citocinas, la proliferación linfocitaria, etc, cuyo resultado es una mayor resistencia a enfermedades víricas como los resfríos y gripes.
A diferencia de los medicamentos industrializados, la forma de actuar de las plantas es holística: actúan sobre el organismo de varias maneras y al mismo tiempo
“Muchas veces, las plantas que ayudan a la digestión benefician al estómago, intestinos y al hígado, a la vez que nos proveen de vitaminas, minerales y elementos nutritivos. Al tener un efecto moderado en comparación con las drogas puras o sintéticas, se las puede usar a diario, durante mucho tiempo y para múltiples propósitos”, asegura Ezequiel Agüero.
La Echinacea purpurea es una herbacea de textura media con flor en forma de margarita, de color rosado púrpura y un prominente centro naranja amarronado. Sus flores solitarias nacen de un rígido y fino tallo. Florece a mediados del verano y continúa esporádicamente hasta el otoño.
Pueden dejarse sus cabezas secas durante el invierno, mantienen su porte y atraen pájaros por sus semillas
Para cultivarla, el suelo debe ser fértil y muy bien drenado, prefiere el sol o media sombra y riego moderado. Tolera muy bien el frío.
Se usa en canteros, en áreas del jardín naturalizadas como praderas o debajo de árboles de sombra no muy densa. Combina muy bien con gramíneas.
LA NACION