Existen infinidad de técnicas para cuidar y mejorar la calidad del césped, pero en espacios reducidos y de uso doméstico hay dos reglas básicas y simples que se deben cumplir.
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Antes de que llegue la primavera, debemos asegurarnos de que el césped tenga todos los nutrientes necesarios para que vuelva a recuperarse después de la pausa invernal.
Para ayudar en esta transición hay dos tareas imprescindibles que debemos realizar en invierno para no dejar morir el césped.
Fertilizar en invierno
Luego de la resiembra de otoño hay que aplicar fertilizantes que contengan fósforo, ya que actúan como arrancadores y luego reforzar con potasio durante el invierno. El potasio sólo se aplica una o dos veces al año ya que se fija al suelo y se libera de a poco.
En general, para jardines urbanos se aconsejan cuatro fertilizaciones anuales, una por estación, para cubrir las necesidades básicas del césped. La carencia de nutrientes (así como su exceso) vuelven más vulnerable al césped.
El césped no es otra cosa que un pasto bien mantenido y como tal debe cumplir con algunas condiciones básicas, como estar bien nivelado, relativamente libre de malezas, bien cortado y uniforme
¿Qué es el dressing?
Otra tarea importante para mejorar el césped es el agregado superficial de material sólido, que puede ser arena, tierra molida o enmiendas orgánicas.
El objetivo es incorporar un material que mejore física o químicamente el suelo, que sirva para uniformar el microrelieve (depresiones y lomitas), tapar semillas, mejorar su germinación y combatir el thatch, ayudando a descomponerlo al mezclarse con el material. Esta tarea se denomina dressing.
Es una práctica generalmente utilizada en época de crecimiento para que el producto desaparezca rápidamente. En parques se realiza una o dos veces por año. Lo ideal es aplicarlo inmediatamente después de la pasada de máquinas verticales o de aireados para que penetre más fácilmente en el terreno.
Si el suelo tiende a encharcarse, lo más adecuado es agregar un dressing de arena gruesa. Debemos utilizar arena gruesa y evitar la que usa en construcción, ya que esta última simplemente rellena el suelo sin agregar ningún beneficio.
LA NACION