Si bien el momento de siembra es en otoño, el verano es la época ideal para elegir la semilla de un fruto delicioso y plantarlo más adelante, cuando pase el calor. Acá, algunos consejos para lograrlo.
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No es difícil plantar ni cuidar el duraznero. Lo más importante pasa por las condiciones climáticas adecuadas. El árbol de durazno necesita de 10 a 14 horas de luz solar y un clima templado.
Prefiere veranos muy calurosos y secos; primaveras secas; otoños frescos, templados; y sobre todo requiere inviernos fríos y lluviosos.
El duraznero necesita muchas horas de frío durante el invierno para alcanzar una correcta inducción y diferenciación floral.
Un árbol tarda aproximadamente entre 2 y 4 años en dar sus primeros frutos, dependiendo de la variante, el suelo y el clima.
A los 12 años, un árbol sano puede llegar a producir hasta 18 kg en una sola cosecha.
Cuando plantarlos
Para plantar durazneros es fundamental esperar a que pase el calor del verano, conservando las semillas en heladera hasta el momento indicado, si fuera necesario.
La mayoría de los duraznos necesitan una temperatura constante inferior a 7° C para su primera etapa de germinación.
El durazno contiene vitaminas E, K y tiamina, aporta hidratación y ayuda a regular la presión arterial. Además, es rico en antioxidantes.
Morder una fruta jugosa y madura despliega una experiencia de textura y sabor muy especial en la boca.
Si, además, tenemos el privilegio de desprender el durazno de su rama nosotros mismos, la experiencia es simplemente inolvidable.
Plan A
La primera forma de plantado es colocar directamente el hueso o carozo en tierra durante el otoño y esperar la germinación en la primavera, de manera natural.
Para acelerar el proceso, si se desea, es posible preparar las semillas frotando el carozo con un cepillo suave en agua limpia.
Si el durazno estaba tan maduro que el hueso se abrió, solo va a aparecer la semilla real en su interior.
Si no, se fuerza el carozo hasta que se parta, con cuidado. La semilla, semejante a una almendra, es lo que necesitamos para cultivar.
Esta semilla es alta en cianuro, así que no es buena idea tentarse y comprobar que, lamentablemente, el parecido con la almendra termina en su apariencia
El suelo debe ser profundo y arenoso, idealmente una tierra franca o franca arcillosa y bien drenada. Un mal drenaje del suelo puede matar a las raíces de este árbol durante su crecimiento.
Se debe hacer un pozo de aproximadamente 7 u 8 cm de profundidad para plantar el hueso de durazno al aire libre en otoño, en un suelo y fértil, con un pH de alrededor de 6.
Luego se cubre con tierra firmemente alrededor de la semilla, asegurándose de que esté ligeramente húmeda y de no regar de más.
Plan B
Para no tener que esperar el proceso natural hasta la primavera y en caso de vivir en una zona cálida, es posible germinar durazno a través de un tratamiento frío o estratificación.
Después de limpiar los huesos y retirar las semillas, se colocan en una bolsa de plástico con tierra ligeramente húmeda pero no empapada, para guardarlos en la heladera a una temperatura de 1,1 a 5,6° C.
Cuando hayan pasado seis semanas, hay que revisar si la semilla germinó. Si aún no sucede, la espera continúa: pueden tardar más de tres meses en germinar.
Una vez que el hueso haya desarrollado una raíz de al menos 1 cm de largo se puede plantar en una maceta hasta que llegue la primavera, para entonces trasplantar al aire libre.
Plantar un durazno y verlo florecer tomará entre tres y cinco años. Conviene siempre germinar y plantar varias semillas, para resolver más adelante cuáles continuarán su camino según el éxito de la germinación y primer crecimiento.