El Parque Martin Luther King es considerado uno los mejores proyectos paisajísticos europeos de los últimos tiempos. Con el agua como gran protagonista, fue diseñado con la idea de sumar al barrio un espacio verde y recreativo, con un significativo aporte ambiental
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Cuando se planificó la renovación del distrito 17 de París, la premisa fue multiplicar los efectos de la naturaleza. La idea de la transformación de este barrio surgió cuando la capital francesa se postuló para ser sede de los Juegos Olímpicos de 2012, aunque no fue seleccionada, de todos modos se llevó a cabo el parque central de 10 hectáreas que se había planificado junto a la Villa Olímpica.
El proyecto realizado por el urbanista François Grether, la paisajista Jacqueline Osty y la firma de ingeniería OGI se terminó de construir en 2020 sobre una antigua plataforma ferroviaria y le dio una nueva vida al barrio sumando un ambiente acuático y ajardinado, que favorece la biodiversidad.
Rústico y natural
Dos elementos son claves en el diseño de este parque ubicado en Clichy-Batignolles: el agua y el paisaje cambiante. Como el agua recorre todo el predio, a medida que se transita se van descubriendo diferentes ritmos: a veces hay grandes fuentes, otras cascadas, también un lago tranquilo, chorros de agua para disfrutar en verano y, en algunos casos, solo se percibe el murmullo como si un arroyo acompañara el recorrido. Los grandes estanques son magníficos espejos de agua con nenúfares y juncos, que también cumplen la función de gestionar los niveles de agua cuando llueve, para evitar inundaciones.
La elección de las plantaciones se llevó a cabo siguiendo la idea de que el aspecto del parque no cobre más o menos protagonismo según las distintas estaciones del año, sino que las diferentes variaciones que genera el clima muestren una gama de transformaciones de igual importancia siempre en el paisaje. Se eligieron especies nativas, muchas de ellas con el fin de atraer polinizadores, y también la intención fue trasladar algo del campo a la ciudad por medio de las altas y delgadas cañas de totoras que consiguen disimular parcialmente los edificios que circundan el parque.
Pulmón verde
Si bien la fisonomía es llana y alargada, manteniendo la horizontalidad de la plataforma ferroviaria original, aparecen grandes lomadas, depresiones y movimientos, que a simple vista pueden parecer naturales, pero son consecuencia del aprovechamiento del material de demolición de los edificios de alrededor.
Esta superficie ondulante invita a recorrer el lugar de una manera especial, a visitar pequeños bosques, trepar por sendas hasta miradores, y algunas de estas ondulaciones se utilizaron para generar pistas de skate o cintas para transitar en monopatín. En dos sectores hay modernos juegos para niños, también cancha de fútbol y de básquet, un boulodrome (para jugar a la petanca) y un huerto comunitario con frutas y hortalizas que cuidan los vecinos.
El hecho de involucrar a los habitantes en el espacio público genera pertenencia y es un muy buen estímulo para ayudar a cuidar el lugar. En sintonía con las prácticas sostenibles y la idea de imitar lo más posible el accionar de la naturaleza, se desarrollaron principios de utilización de baja energía y gestión de los recursos hídricos, que responden a una gran importancia ambiental.
Por ejemplo, las aguas de lluvia se recuperan y se reciclan para riego, se incluyó una turbina eólica para la recirculación del agua en la zanja plantada, se agregaron paneles solares en la fragua y equipos de baja potencia para la iluminación del parque, que cierra de noche y vuelve a abrir sus puertas al amanecer.