La planta que jamás pasa de moda, que atrae a fanáticos y coleccionistas e inspira a los artistas, se adapta a las tendencias y su presencia nunca falla. Ideas para despertar sensaciones y evocar sentimientos.
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Si un atributo tienen las rosas en el diseño de jardines, es que jamás pasan de moda. Estas plantas que tanto inspiraron a poetas, músicos, pintores o novelistas de todos los tiempos, así como a paisajistas y floricultores, que tantos coleccionistas y fanáticos atraen a su alrededor, se adaptan a las épocas y a las tendencias. Según la variedad, perfume, color o formas, las rosas pueden ocupar distintos rincones en nuestros espacios al aire libre y nunca perder su fuerte, encantadora y romántica presencia. Compartimos en esta nota diez formas posibles de sumarlas a tu jardín.
1. Terraza urbana
En este ambiente se usaron soportes de hierro en forma piramidal, de un metro y medio de altura, en los que predominan los rosales trepadores, como ‘Concerto’, ‘Caesar’ y ‘Pierre de Ronsard’, entre otros. La idea fue, además de disfrutarlos en la terraza, utilizar las flores en bellos ramos perfumados.
2. Al resguardo
Un rincón para disfrutar el jardín y sus perfumes, sonidos y sensaciones. Se armó con una vieja cama oxidada sobre una superficie de granza, con almohadones en tonos pastel que combinan con la romántica rosa inglesa ‘Abraham Darby’.
3. Al borde del agua
Este cantero de rosas forma un cerco sobre la pileta. En este caso, se trata de la rosa floribunda ‘Les Amoureux de Peynet’, de abundante floración y forma compacta.
4. Bien contenidas
Círculos de boj, podados a baja altura, crean ritmo y, a la vez, dan estructura durante todo el año. A ellos se suma un macizo de rosas floribundas ‘Comtesse du Barry’ de color amarillo suave, que se presentan en grandes ramilletes y tienen floración constante. Por su altura, de 60 cm, resultan interesantes para canteros bajos.
5. Entrada triunfal
Los arcos enfatizan y dan carácter a un sendero, con rosales ‘Queen Elizabeth’, muy floríferos y de gran crecimiento, y ‘Michka’, un decorativo y refloreciente rosal trepador de color amarilloadamascado y flor grande.
6. Perfume que se eleva
La escalera de piedra que marca un cambio de nivel en el jardín se enmarcó con rosales Meidiland, una rosa arbustiva que forma interesantes matas redondeadas, muy sana y muy florífera.
7. Belleza en ascenso
Por el gazebo trepa el rosal ‘Parade’, de floración continua. A la izquierda, la ‘Graham Thomas’, una rosa inglesa de color amarillo que, por su crecimiento de ramas arqueadas, es aconsejable plantar en grupo para que se apoyen entre sí. De color bordó, la ‘William Shakespeare’ tiene un exquisito aroma a rosas antiguas. Al fondo, la ‘Sally Holmes’, de color blanco crema, con varias flores por ramillete; a la izquierda, la ‘Elina’, de color amarillo cálido y muy buena sanidad, y adelante, a la derecha, la ‘Winchester Cathedral’, de flor semidoble blanca y ligeramente perfumada.
8. Un conjunto suelto y romántico
Se diseñó un círculo con cuatro entradas que señalan los puntos cardinales. En cada una, sobre los arcos de hierro que enmarcan los accesos, trepan rosales ‘Pierre de Ronsard’. Como cerco bajo, se utilizó ligustrina podada, que otorga una estructura verde todo el año. En su interior, los canteros exhiben rosas junto a herbáceas perennes y anuales.
9. Ampliar la mirada
En un amplio espacio, se diseñó un rosedal a partir de canteros cuadrados que contienen rosas David Austin, las más perfumadas. Grandes masas de la misma especie pueblan 20 canteros, con 760 ejemplares. Las líneas bajas de boj aportan estructura en el invierno con sus formas rectangulares.
10. Ingreso florido
Sobre esta romántica cerca de entrada, se plantaron rosales trepadores ‘Parade’, de color rojo oscuro al alilado, con flores dobles, que florecen todo el verano. Es una rosa muy rústica y de muy buena sanidad.
LA NACION